CÓMO NOS VEN | Nadia Tronchoni: “Al final lo que queda es el recuerdo de un equipo pequeño que rompió el bipartidismo”
lll
17º-23º

CÓMO NOS VEN | Nadia Tronchoni: “Al final lo que queda es el recuerdo de un equipo pequeño que rompió el bipartidismo”

CÓMO NOS VEN | Nadia Tronchoni: “Al final lo que queda es el recuerdo de un equipo pequeño que rompió el bipartidismo”
Nadia Tronchoni, redactora jefe de El País.

Usuario

Se define a si misma como una persona muy futbolera. De hecho, de su amor por el fútbol nació su pasión por el periodismo deportivo. Sin embargo, su facilidad para engancharse a otros deportes ha convertido a Nadia Tronchoni Furió (Valencia, 1982, redactora jefa de deportes en El País, en una experta del motociclismo, un mundo en el que el género predominante es el masculino.

 

¿Cómo se engancha al periodismo deportivo?
Yo soy muy futbolera porque mi padre es un futbolero. No me contaba muchas anécdotas porque consideraba que perdía el tiempo contándole esas cosas a una niña. Siempre le preguntaba con qué equipo iba en los partidos que veía. Es muy culé y, cuando no jugaba el Barça, me decía que le daba igual. Yo no lo podía entender. Creo que ese es el ejemplo que me ha convertido en alguien a quien le gusta mucho el fútbol, pero es muy tolerante. Por ese amor al fútbol fue por el que empecé a hacer periodismo deportivo.

 

Se enganchó por el fútbol, pero es experta en motociclismo.
No tiene mucha explicación. Me gustan todos los deportes. Si entendía mínimamente como funcionaba un deporte, me enganchaba enseguida. Y al motociclismo me enganché, por mi edad, a las categorías inferiores. Rossi ya estaba on fire, pero en mi casa no se veían motos. Luego vino Lorenzo, y aquella generación fue la que seguí desde pequeña y la que me encontré cuando llegué al Mundial de MotoGP. Soy de fácil enganche.

 

¿Es el motociclismo un mundo de hombres?
Yo creo que lo es mucho, pero después de cubrir fútbol, casi cualquier deporte en la que metas la cabeza como periodista es mucho más fácil, agradecida, sencilla para trabajar... El fútbol es muy competitivo en el plano profesional como futbolista, pero también entre los periodistas que cubren a los equipos. En las motos es verdad que hay mucho hombre y machismo, pero también hay gente que te ayuda, que no tiene reparo en pasar horas explicándote cosas. En el motociclismo se acaba creando una sensación de comunidad y de familia, muy curiosa y muy bonita.

 

¿Las periodistas tenemos todavía la lupa encima?
Creo que sigue existiendo, sobre todo que tenemos que demostrar más, más y más todo el rato. No te vayas a equivocar, porque van a estar ahí preparados para recordártelo. Yo cubrí el Mundial de motos durante 12 años y cometí un error. Fue con una exclusiva, que acabó no sucediendo, aunque me lo habían confirmado por dos partes. Era que Dani Pedrosa había firmado con Yamaha. Dani Pedrosa tenía un precontrato firmado por Yamaha, porque luego él me lo confirmó, pero al final no acabó saliendo y Yamaha acabó firmando a Maverick Viñales. Hasta hace nada había un señor seguidor de Dani Pedrosa que me seguía echando en cara lo mal que lo pasó por mi culpa. Ese error me persiguió.


¿Es el motociclismo más accesible para los periodistas que el fútbol tan hermético que existe ahora?
Lo es. Pero creo que, como con todo, con el paso del tiempo, la profesionalización cada vez es más estricta y las figuras en las que se han convertido los pilotos, pues hay algunos que están mucho más blindados. Se va notando, ese pequeño cambio se nota, y está más cerrado.

 

Volvamos al fútbol, ¿Cómo vivió la vuelta del Deportivo al fútbol profesional?
Estos años viendo cómo cayó el Dépor, las noticias recientes de si Peter Lim estaba interesado en comprar el Dépor y tal... Pues es que hay momentos en los que tú también le ves las orejas al lobo. Piensas que nunca una institución tan grande podrá caer, pero todos pueden caer. Realmente da mucha lástima. Y por otro lado, da mucha ternura o te tocan ese punto romántico historias como la de Lucas Pérez.

 

Le devuelven el romanticismo al fútbol.

Claro, es que era una historia preciosa. Estamos hablando de que Arabia Saudí está convenciendo a golpe de talonario, no solo a los futbolistas que están cerca de la retirada y que ven una manera de vivir en un sitio diferente, de experimentar otras cosas y cobrar mucho dinero, sino también a la gente joven.

 

¿Le quedó grabado algún momento del SuperDépor?

La verdad es que lo tengo todo muy difuminado, pero se me vienen imágenes de las celebraciones de Bebeto, de los golazos de falta. Me acuerdo del notición que fue que a Rivaldo lo quisiese fichar el Barça. Yo iba al instituto y me acuerdo que salimos a comprar el periódico. Al final lo que queda es el recuerdo de ese equipo pequeño que consiguió romper el bipartidismo tan evidente.

 

¿Guarda alguna anécdota sobre el Dépor?

Antes nos reuníamos siempre por Navidad en las diferentes ciudades en las que había delegación. Cuando tocó A Coruña fuimos a cenar al Playa Club y al acabar hizo una aparición estelar Lendoiro. Me enseñó la Copa del Rey que el Dépor le ganó al Valencia, un trauma infantil para mí. Yo me pedí un gintonic y, justo después, Lendoiro pidió que sacaran la ginebra buena y yo me quedé con la mala. 

CÓMO NOS VEN | Nadia Tronchoni: “Al final lo que queda es el recuerdo de un equipo pequeño que rompió el bipartidismo”

Te puede interesar