Dos chispazos de Lucas y Barbero evitan la derrota del Dépor en Famalicão (2-2)
lll
17º-23º

Dos chispazos de Lucas y Barbero evitan la derrota del Dépor en Famalicão (2-2)

Dos chispazos de Lucas y Barbero evitan la derrota del Dépor en Famalicão (2-2)
José Ángel, durante un momento del choque. Foto: Susi García / RCD

Usuario

Z.R. / Enviada especial en Famalicão

 

Sabor de boca insulso el que dejó el Deportivo en su primer test veraniego en la gira portuguesa, en un encuentro en el que firmó tablas ante el Famalicão (2-2).


Un choque en el que los coruñeses igualaron un marcador, en el que llegaron a verse dos goles por debajo, pero que deja mucho margen de mejora. Un duelo en el que el centro del campo, el timón del Dépor, funcionó a trompicones y que pagó el juego del equipo.


Aplatanado, contagiado del bochorno reinante en el ambiente, salía el Dépor. Ante el primer rival de mayor categoría, el cuadro blanquiazul se descosía a las primeras de cambio. Y lo hacía en su sala de máquinas, en la medular, en la que en esta ocasión José Ángel retrasaba su posición y dejaba por delante a Rubén López y Hugo Rama.


Estuvo menos fino el Dépor tanto en la construcción del juego desde atrás como en los últimos tres cuartos de campo. Una falta de fluidez que obligó muchas veces a Lucas a tener que bajar para recibir el balón, perdiendo explosividad arriba.


Malos pases y pérdidas de balón. No necesitaba más que cazar una el Famalicão, que estaba más despierto que su rival. Era Gustavo Sá el que conducía el balón robado, para asistir a Óscar Aranda, que batía con un disparo cruzado a Germán Parreño.


Jarro de agua fría para los herculinos, que tenían que despertar y dejar atrás el pegajoso calor. No parecía, sin embargo, que el golpe acabase de hacer espabilar al Dépor. Plano con el balón, sin profundidad y fallón en el pase, con varios sustos en su área producto de sus propias imprecisiones.


El primer disparo entre los tres palos se hacía esperar más allá del 20. Y era gracias a una jugada de estrategia, única forma en la que el Dépor inquietaba en la primera parte.


Córner botado por Lucas, el rechace de la zaga lo recogía Vázquez y este dejaba para Rama, que enviaba un disparo fuerte, pero centrado, sin problemas para Luiz Junior. A la media hora el que no acertaba era Rubén López, que enviaba alto el esférico, tras recibir en un pase desde atrás de Lucas Pérez.


Los coruñeses, con problemas en la proyección ofensiva y con Yeremay y Luis Chacón desaparecidos en las bandas, fiaban todo al juego por dentro y a alguna opción en estrategia.


Poco más tenía que aportar el Dépor a una primera parte plomiza, en la que las velutinas, que se presentaban en la grada de la hinchada blanquiazul, obligaban a parar durante unos minutos el partido.

 

Penalti en contra


Prácticamente nada cambiaba el guion tras el paso por vestuarios, con un Dépor todavía legañoso y con un cuadro local que quería gustarse y mostrarse ante sus aficionados.
Aún no se habían cumplido los primeros diez minutos del segundo acto cuando el Dépor recibía un nuevo mazazo. Aranda, el goleador de la tarde, recibía en velocidad y sólo ante Germán era listo para escorarse a un lado y ser derribado por el arquero en el área.
 


Cambios y goles


Rozaba el balón el portero blanquiazul, que aún así no lograba evitar el segundo. El Dépor cambiaba de piezas. Primeros minutos para Petxarroman y entrada de Barbero para liberar a Lucas de la punta de ataque. Más cómodo y con mayor libertad, el Dépor encontraba los espacios y a sus jugones en los metros finales. Recortaba distancias el de Roquetas, con un disparo con la derecha, imposible para Zlobin.


Mostraba el cuadro coruñés orgullo y mejor imagen, después de haber ofrecido bastante poco durante la primera hora de este partido. Pero, mientras se mejoraba en ataque, con más llegada y criterio, en defensa el Dépor seguía adoleciendo de problemas en las entregas. Demasiadas pérdidas, errores no forzados muchas veces, que se diría en terminología del tenis.


El Dépor funcionaba a base de chispazos. Y producto de ellos, de una genialidad de Lucas Pérez, llegaba el segundo tanto. Recibía de Yeremay y sólo tenía que ajustar su disparo para poner las tablas en el marcador.
Más cambios en el Dépor, que apenas inquietaba más a un Famalicão enrabietado que, con más corazón que cabeza, buscaba el tanto que le diese el triunfo, tras haber desperdiciado su renta de dos dianas. 

 

Este miércoles a las 20.30, hora española, el Dépor buscará ante al Gil Vicente mejorar sensaciones. 

 

Dos chispazos de Lucas y Barbero evitan la derrota del Dépor en Famalicão (2-2)

Te puede interesar