Nacido en Buenos Aires en 1958 y criado deportivamente en la cantera de Belgrano, desde donde dio el salto a Independiente de Avellaneda, Carlos ‘Charlie’ Fontana aterrizó en el fútbol español en el Xerez en el curso 82-83.
El Castellón sería su segunda experiencia profesional en España (83-87), consagrándose como delantero polivalente y con facilidad para anotar.
En el Deportivo (1987-89) le tocó vivir al filo del abismo del descenso a Segunda B; afortunadamente el tanto histórico de Vicente Celeiro marcó un punto de inflexión en la historia de un club en donde sigue siendo muy querido a pesar de su corto periplo en Riazor.
Nadie mejor que él para analizar al detalle las semifinales de playoff entre coruñeses y castellonenses, que asegura que no se perderá; eso sí, mantiene su corazón dividido, ya que su deseo es “que suban los dos lo antes posible”.
¿Qué es tu vida en la actualidad?
Vivo en Jerez, jugué en el club y mi mujer es de allí. Estamos muy contentos.
¿Qué recuerdos guardas de tu militancia en el Depor?
Siempre son sensaciones muy bonitas para recordar incluso a pesar de que tuvimos la gran desgracia de Javier Sagarzazu. Después se formó un grupo muy bonito, muy unido, con gente veterana que sirvió de espejo a otra joven y de mucha calidad, como fue el caso de Fran y de José Ramón, a los que conocí cuando eran prácticamente niños y llegaron a lo más alto. Conservo aún amistades en Coruña y la verdad es que fueron dos años muy entrañables.
A nivel deportivo te tocó amoldarte a una posición como la de central. ¿Te costó mucho?
En esos momentos había que ayudar al club en lo que sea y al futbolista lo que le gusta es jugar; le decía siempre al míster que del uno al once me diese la camiseta que quisiera.
El equipo se salvó con el agua al cuello en los últimos minutos ante el Racing de Santander con el gol de Vicente y después de ahí todo fue para arriba...
Por supuesto, en ese aspecto tuvimos mala suerte porque el primer año no nos salió nada, se dobló todo, y jugador por jugador había un gran equipo. Las cosas a veces no salen pero lo importante fue que salimos vivos.
¿Cómo era Lendoiro de presidente en sus inicios?
Personalmente fue de los mejores presidentes que he conocido, sabía en todo momento su lugar en el fútbol y lo que tenía que hacer. En el mundo de este deporte no es tan fácil tener la cabeza fría. Se adelantó a los tiempos. Elevó a la máxima expresión el término de presidente. Manejaba todo y lo manejaba bien. Al Deportivo le hacía falta ahora otro Lendoiro.
¿Le guardas cariño?
Sí, claro, aún guardo un recorte de prensa en el que se refleja que fui el primer futbolista en España, junto con Fran, en tener cláusula de rescisión. La puso Lendoiro, claro. Era un adelantado.
Estuviste bajo la batuta de un técnico que marcó una época, Arsenio Iglesias...
Personalmente a mí me enseñó un montón porque le sacaba el máximo rendimiento al futbolista. Me acuerdo muy bien de una frase suya que decía que los futbolistas éramos un pañuelo: si estabas bien, jugabas, y si no estabas bien, esperabas. No esperaba a nadie que estuviese mal.
¿Te sirvieron sus enseñanzas para cuando tú fuiste míster?
Por supuesto que sí, mucho, porque aprendí un montón de él. Por algo tenía el mote del ‘Zorro de Arteixo’, era un gran sabido de este deporte.
¿Y ya apuntaban tanto Fran y José Ramón de pequeños?
Sí, Fran con 17 años prácticamente manejaba al Deportivo, era un espectáculo. José Ramón, igual, tenía una gran visión. Creo que la diferencia entre ellos es que José Ramón era más jugador de equipo, mientras que Fran tenía madera de ‘crack’.
¿Aún te acuerdas del cántico en Riazor “Tenemos a Fontana, no pasa nada”, que en San Sebastián se dedicaba a un meta de fábula como Arconada?
Siempre me sentí muy querido en el Depor, me trataron con una exquisitez y una dulzura tremenda, por eso llevo en el corazón a este club. Supieron darse cuenta del esfuerzo que suponía jugar de líbero para mí y lo valoraron. Creo que iba bastante bien de cabeza y con los dos pies, por lo que no tardé en adaptarme. Me hubiera gustado encajar años después en el ‘Superdepor’ pero estuve en el momento que tuve que estar y estaré agradecido eternamente al Deportivo por la oportunidad. También jugué en otros clubes como el Castellón o el Melilla, en Marruecos... doy gracias por estar en activo hasta los 38 años.
¿Te cuidabas mucho?
Sí, para la época bastante.
¿Cambió mucho el fútbol?
Salíamos de visitantes con el Deportivo y metíamos una almohada en el bus cuando íbamos a jugar la Copa del Rey, pasábamos cinco o seis días de viaje. Era tremendo.
¿Cómo ves el duelo entre el Castellón y el Depor?
Como dice Alejandro Sanz, tengo el corazón partido, me gustaría que subiesen los dos porque son dos instituciones con una historia fantástica que no se merecen estar donde están.
¿Por qué han caído tan abajo?
En el fútbol moderno harían falta muchos ‘lendoiros’, se necesita gente muy preparada para llevar a instituciones con tanto peso histórico. Los directivos actuales no quieren hacerlo mal pero a veces no están capacitados.
Los dos equipos han estado fuertes en casa pero flaquearon a domicilio...
Sí, he visto los números y la única diferencia que hay es que el Deportivo tiene la experiencia muy fresca de lo que sucedió el pasado año y no creo que cometan el mismo error.
¿Verás el partido por la televisión?
No me lo pierdo.
¿Qué opinas de una afición como la deportivista, con más de 25.000 socios en la categoría de bronce?
Hay muchos equipos de Primera que no tienen estos números, los conozco y sé de lo que son capaces. La afición es muy importante en el mundo de este deporte porque te dan un plus impresionante. Se lo darán al Deportivo seguro.
¿Tienes previsto venir a A Coruña pronto?
Hoy en día las distancias no son las de antes, hay buenas carreteras y esperemos estar más pronto que tarde viendo al Deportivo.
¿Retomarás tu carrera de entrenador?
Dirigí a los dos equipos de Jerez e incluso subí a 2ª B con el Xerez Deportivo. Van a pasar muchos años hasta que aquí vuelva a haber un equipo profesional. Quiero despedirme mandando un abrazo fuerte a la afición del Depor.