Nadie mejor que especialistas en la pizarra que siguen el día a día del RC Deportivo para desmenuzar las claves de un cambio tan radical como el que experimenta el equipo dirigido por Óscar Cano en Riazor, donde su rendimiento es impecable, y fuera de casa, en donde no acaba de cristalizar como bloque sólido.
José Luis Lemos considera que el club herculino se siente mucho más cómodo ante sus aficionados. “Los rivales se sienten intimidados por el ambiente y el Deportivo se crece, lleva la iniciativa, desarrolla una presión fuerte y generalmente alta que da sus frutos en forma de posesión y de ocasiones”.
Acerca de la posibilidad de mejorar cuando actúa como visitante, Lemos está convencido de que “por supuesto que es posible entrenar conceptos que te hagan mejor en el planteamiento y el posicionamiento, pero tienes que estar dispuesto a asumir riesgos. Por ejemplo, se puede desarrollar una presión más alta y apostar por una salida de balón más rápida o vertical”, expuso.
Otro técnico como Carlos Brizzola pone de relieve que el Depor precisa de mayor determinación y coraje cuando no siente el aliento de su grada.
“Estamos de acuerdo en que en casa el equipo es mucho más valiente, se siente cómodo con el balón y ataca siempre que puede; los rivales se achican en un escenario como Riazor, pero fuera de casa todo cambia porque la motivación del adversario es siempre máxima, todos los partidos contra el Deportivo son ‘días del club’”, ironiza.
El preparador argentino piensa que la contundencia no es un concepto “entrenable”. “Viene de serie en cada jugador, Olabe siempre será duro y agresivo, mientras que Isi Gómez o Rubén Díez no lo son”, ejemplifica.
Brizzola apunta que una solución práctica para ser más competitivo a domicilio pasa por “ser más rápido y directo de medio campo hacia adelante, con transiciones verticales y con movimientos más sincronizados de todos los futbolistas”.
Por último, Luis Rodríguez Van también aporta ru receta para el mejor funcionamiento coral de un Depor que se agarrota a la hora de hacer las maletas y actuar fuera de casa.
“El Deportivo tiene que aprender a jugar siempre igual, con independencia de si lo hace en casa o fuera; debe tener más personalidad y estilo, así como menos cambios en sus alineaciones”, reflexiona.
“A lo mejor determinados jugadores que bajan a domicilio pueden necesitar trabajo psicológico para superar la presión, no pueden bajar tanto sin su público”, apostilló.
Fernando Blanco, expresidente del Comité Gallego de Entrenadores y actual analista de este diario, distingue varios componentes en la abismal diferencia de rendimiento entre los encuentros disputados por el RC Deportivo en casa y a domicilio.
“Un punto importante es que nadie tiene una afición como la del Depor, con 20.000 espectadores cada fin de semana, que lleva en volandas al club; además, un equipo al que le gusta aglutinar la posesión de balón como el coruñés se encuentra muy a gusto con las condiciones casi siempre excepcionales de Riazor. Fuera de casa los campos son mucho peores y, aunque no sirve de excusa, se siente más incómodo y extraño”, precisa Blanco.
“Otro factor determinante es que los rivales quieren darlo todo y brillar ante el ‘transatlántico del grupo, salen siempre extramotivados”, agregó.
Acerca de una posible solución a la disparidad de resultados, indica que “quizá haga falta un tipo de jugador por el que no se ha apostado mucho, con más contundencia, pelea y agresividad”.