A los 70 años recién cumplidos y después de haber colgado la pizarra, Benito Floro, el exentrenador del mejor Albacete de la historia —conocido como el ‘Queso Mecánico’—, desmenuza la final del playoff del próximo sábado en Riazor.

Sabedor de la fuerza de la afición herculina, afirma que el ‘Alba’ no lo tendrá sencillo en su misión de asaltar el templo del deportivismo.

¿Qué es de tu vida después de tu periplo como entrenador?
Vine de Costa Rica y la verdad es que decidí colgar las botas, como aquel que dice.

En tu carrera has estado en destinos muy exóticos como Costa Rica, Ecuador, Canadá, México o Japón. ¿Cuál ha sido el más especial?
Todos han tenido su encanto; el de Canadá fue muy bonito —selección nacional— y el de Costa Rica ya lo conocía. Me han enriquecido todos como entrenador.

En tus tiempos en el Albacete a principios de los años noventa te consideraron un adelantado a tu tiempo a nivel táctico. ¿Coincides en esta apreciación?
A ver, todos los entrenadores son tácticos cuando se ponen a manejar a sus jugadores pero desde mi punto de vista cada míster tiene que enseñar bien cómo hacer bien el ataque, la defensa y el balón parado. Mi método creo que era sencillo. Mis compañeros también hacían cosas similares.

Arsenio era extraordinario; lo que hizo en el Depor fue maravilloso 

¿Cuáles fueron tus principales referentes en los banquillos?
Tuve en la escuela de entrenadores a grandes técnicos de los que aprendí, tanto a nivel local como nacional; poco a poco fui teniendo un bagaje y fui aplicando la importancia de organizar la defensa, el ataque y el balón parado. Todo lo demás son milongas.

Estuviste a punto de guiar al Albacete a la UEFA...
Sí, de eso ya hace muchos años. Fue una etapa muy bonita y lo más especial fue tener a un grupo con excelentes profesionales, dirigidos por un gran presidente.

Dirigiste a jugadores importantes como Conejo, Zalazar, Catali o Geli...
Sí, tuve la suerte de dirigir a futbolistas extraordinarios y que, además, eran muy sencillos. Tenían una gran predisposición a hacer las cosas bien.

En muchas ocasiones te mediste al Depor de Arsenio...
Era un entrenador extraordinario, con mucha clase, un preparador perfecto. Lo que hizo con el Depor fue maravilloso.

En los años noventa un Depor-Albacete era un clásico de Primera. Ahora se miden ambos clubes en Primera RFEF. ¿Por qué han llegado hasta aquí?

No puedo enjuiciar esta situación pero a los que vivimos aquella etapa nos gustaría que estuvieran todos en la élite. El fútbol es como la vida, cíclico.

En Riazor siempre hay un ambiente excepcional, es una gran afición 

¿Posees buenas referencias de Borja Jiménez y de Rubén de la Barrera?
No ando demasiado pendiente de esta categoría pero en el fútbol español hay grandes técnicos jóvenes. Viendo a los equipos entiendes que hay buena raza de entrenadores en este fútbol tan extraño como el de hoy en día.

¿Por qué extraño?
Hay una confusión tremenda, con demasiada posesión y abuso del toque, corriendo muchas veces riesgos innecesarios. No todos los equipos pueden jugar igual.

¿Vas a ver el Depor-Albacete?
Espero que sí.

¿Ves un favorito?
Me gustaría que subieran los dos, pero si solo puede hacerlo uno, que sea el Albacete.

¿Puede ser determinante el ‘factor campo’?

Las situaciones que se dan dictan que el partido se juegue en A Coruña; los jugadores deben estar centrados. Los partidos que he disputado en Riazor tuvieron un ambiente excepcional, es una gran afición. Al margen del fútbol tengo muchos amigos en el Colegio de Entrenadores de Galicia.