Rubén de la Barrera compareció muy serio en la sala de prensa de Castalia, después de haberse quedado a las puertas de la fase final de ascenso a Segunda, quiso pedir perdón a la hinchada y analizó lo que ocurrió en el choque (4-3).
“Disculpa importante al deportivismo, otra vez y no sé cuántas van (una decepción). Todo lo que diga no llega a la milésima parte de lo que siento yo o el vestuario. Hubo un vaivén de emociones, situaciones en las que facilitamos los goles, luego dimos un paso, llevamos el partido a campo contrario, nos ponemos 2-2 y luego circunstancia tras circunstancia. Llega la expulsión, jugando con diez, ellos tenían gente en el área y nosotros tratando de cerrarla de centros... Es el día para analizar resultado y consecuencias, pedir disculpas a la afición y al deportivismo”, comentó.
A pesar del nuevo ‘palo’ a la afición blanquiazul, cree que la hinchada va a seguir al pie del cañón junto al equipo. “Creo que no se va a apagar, ahora es un momento muy jodido pero tengo clarísimo que el deportivismo no se va a extinguir, va a responder con más fuerza. Es una putada muy gorda, eso es evidente. Estaba todo orientado para poder agarrar ese ascenso, no va a poder ser. Que esto permita tomar impulso, querer saber cómo hacer las cosas y que de todo eso se beneficie el club a nivel deportivo”, comentó.
Y sobre su futuro, ya que firmó por dos temporadas, apeló a su deportivismo para subrayar que quería seguir, pero aclaró que era algo que no dependía de él. “Soy deportivista, me sentaré con el club y quiero escuchar lo que proponen y lo que quieran hacer. Mis ganas son todas, más allá de categorías. Si fuera por categorías no habría venido a Coruña, con un mes para preparar un playoff… Pero soy deportivista, quiero ayudar al club, a intentar que el club vaya a transformarse en aquello que le dé consistencia y solidez y orgullo para que la gente siga sintiendo que el Depor, al margen de categorías, es un club enorme. Quiero escucharlos”, afirmó. Además, dejó claro que este tipo de situaciones tenían que dar pie a que se tomasen importantes determinaciones.
“Cuando las cosas nos salen hay que analizar el por qué sí y el porque no. Entendería perfectamente que el Depor decidiese prescindir de mí, si es así nada que decir y si no, a ver qué decisiones se toman a nivel estructural y de club”, deseó el míster herculino. “Quiero que mi club haga las cosas bien porque creo que haciendo las cosas bien uno deportivamente recogerá ese fruto. Este tipo de momentos te ponen al límite y te exigen decisiones, al club a dar un paso”, advirtió, añadiendo que “si uno toma decisiones, evalúa, analiza y, sí lo hace el club, va a ganar y, si no es este año, será el siguiente”, aseveró.
También habló de ciertas acciones controvertidas, como el penalti señalado a Mackay, que supuso su expulsión. “De la acción del penalti, esa regla no la entiendo, como no entiendo otras... Por pijadas (hubo amarillas) y actúa (el árbitro) condicionado, en un entorno de playoff. Con estos ambientes de fútbol a veces generan respuestas deseadas o no deseadas. Si hubo agresión estaría bien expulsado y sí no la hubo, pues no, pero no la vi”. y aclaró que hubo amonestaciones por “tonterías y se orientan siempre hacia un lado y siempre va a ocurrir. Es normal que se juegue con condicionar las emociones". Unas emociones, que un año después para él son contrapuestas: “Llegué con la ilusión de lograr el ascenso y no se cumplió”.
Defensa del arquero: “Mackay es |
El preparador coruñés quisó mandar un mensaje de apoyo a Ian Mackay, protagonista aciago del encuentro, que falló en dos goles y que se fue expulsado, argumentado que el fútbol es un juego donde te equivocas.
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