Si algo se puede afirmar sobre la afición del Deportivo es que su compromiso y lealtad con el equipo es incondicional sea en la categoría y situación que sea. A lo largo de su andadura en Primera RFEF lo han demostado en muchas ocasiones, batiendo récord de socios año tras año sin importar la cantidad de decepciones que tuvieron que sufrir por el camino.

A mediados del pasado mes de septiembre, el club cerró su campaña con más de 29.000 abonados (incluyendo socio amigo y nen@ Dépor) y una larga lista de espera. Quienes no se incluían en esa lista eran las mascotas, ya que desde 2021 la entidad coruñesa permite a los deportivistas abonarlas por un precio de 25 euros. Actualmente eran 222 los animales que contaban con carnet deportivista... hasta ayer. Este lunes el deportivismo llegó hasta la Antártida y se sumó a esta lista el pingüino Fentagüino.

Un deportivista apadrinó a Fentagüino el pasado domingo y presumió orgulloso en su cuenta de X (antes Twitter) de su Certificado Oficial de Medio Ambiente de la XXXVIII Campaña Antártica. De hecho, también modificó su biografía para añadir "Padre de un hermoso pingüino llamado Fentagüino". "Se compromete a esforzarse todo lo posible en cuidar el planeta y así ayudar a su pingüino para que el próximo verano austral y los siguientes pueda regresar a la Isla Decepción, para continuar con su ciclo de vida durante muchas generaciones", se puede leer en el escrito.

Pocos minutos después escribió en sus redes: "Hola Deportivo, cómo puedo abonar a Fentagüino? Ya tiene ganas de ir a Riazor". Y al día siguiente, su mascota ya tenía carnet deportivista.

El aficionado explicó a DXT Campeón los motivos que le motivaron a llevar a cabo esta curiosa iniciativa. "Hice lo de la Campaña Antártica y, como era gratis, lo hice por la gracia de tener apadrinado a un pingüino. Cuando me llegó el correo con el diploma, se lo enseñé a los amigos y a la familia.  Y lo de hacerle socio se me ocurrió porque le estaba comentando a un amigo que es de fuera la opción de hacerse socio amigo del Dépor y vi que había lo del socio mascota. Y decidí hacerlo", explica.

El orgulloso padrino admite, eso sí, que su idea fue recibida con cieta perplejidad en las oficinas del Dépor. "Cuando llegué a la oficina de atención al deportivismo y al señor que me atendió le dije que venía a hacer socio mascota al pingüino que apadriné me miró raro, como si le estuviese vacilando", asegura. "De todas formas, me dijeron que no había ningún problema y lo tramitaron", añade.