Casi todo pasa por ellos, desde iniciar la salida del balón, sostener el equipo atrás, destruir la mayoría del peligro que se acerca al área blanquiazul —por tierra o aire—, hasta ser claves en ataque a balón parado. Son los Pablos, Vázquez y Martínez, los jefes de la línea defensiva del Deportivo, que se han erigido en intocables para Imanol Idiakez.
Tanto peso en el equipo tienen el valenciano y el francés, que los otros dos centrales que integran la plantilla apenas han gozado de espacio para aparecer en escena.
El incombustible
Pablo Vázquez es el único deportivista que ha jugado todos los minutos en las 17 jornadas de liga. Siempre presente en el once inicial en el campeonato de la regularidad, también completó los 120 minutos de la primera ronda de la Copa del Rey, ante el Covadonga, donde fue clave al marcar en el 89’ el 1-1 que envió la eliminatoria a la prórroga, para que los herculinos se impusieran finalmente por 1-3. Sólo inició desde el banquillo la segunda ronda copera, frente al Tenerife en Riazor. Entró al campo en el minuto 6 de la prórroga.
El central nacido en Gandía hace 29 años se echó el equipo a sus espaldas desde el inicio del curso. Personalidad, contundencia, seguridad al corte e inteligencia a campo abierto para un futbolista elegido como el mejor del partido por este periódico en tres de las 17 jornadas de liga, en el 0-0 con el Teruel en Riazor, el 1-1 en casa de Unionistas y el 1-1 en Ponferrada. Además, se destapó como un arma fundamental en las acciones de estrategia. Al margen de ese trallazo, desde la frontal del área, que enchufó por la escuadra en la Copa frente al Covadonga, lleva dos tantos en el torneo liguero, ambos de cabeza tras un saque de esquina. El primero, en el 1-1 con el Cornellà en Riazor —con Hugo Rama como asistente—, y el segundo, el que supuso el empate con la Ponferradina a los 86 minutos del duelo —en un córner botado por Lucas—.
Algo más irregular
También clave en el eje de la retaguardia —aunque algo más irregular— ha sido Pablo Martínez. El francés empezó la temporada fortísimo, ofreciendo sendas exhibiciones defensivas en Lugo (0-3) y frente al Teruel (0-0). De hecho, en el Anxo Carro inició la jugada del 0-1 con un regate y un cambio de orientación espléndido.
Pero a raíz del duelo con el Celta Fortuna en Riazor (0-1), donde en la acción del gol que supuso la derrota blanquiazul permitió que Durán centrara libremente y que posteriormente rematara él mismo, alternó buenas actuaciones con otras en las que estuvo más blando.
Pudo haber evitado su expulsión a los diez minutos del encuentro en El Toralín contra la Ponferradina (1-1), si no se hubiera lanzado al suelo con tanta agresividad. En su tarjeta de méritos destacan los dos goles que ha anotado en la liga. El primero, con un testarazo en un saque de esquina que valió el 1-0 contra el Nàstic, y el segundo, al iniciar el camino del triunfo frente a la SD Logroñés (2-0) mostrándose inteligente para cazar un balón repelido por el poste tras una falta lanzada por Lucas.
Los suplentes
Pocas alternativas han quedado para los dos suplentes, Jaime Sánchez y Dani Barcia.
El gaditano ha seguido mostrando la inseguridad de las dos anteriores temporadas. Lo mejor, su gol en el 1-1 en Tarazona, pero aun así no cuajó un buen partido.
Idiakez sólo dio minutos a Barcia en cuatro partidos de liga —y en los tres primeros le alineó de lateral izquierdo, donde se sintió perdido—.
El joven central se reivindicó en la Copa, contra el Tenerife, con un partidazo, y confirmó su buena actuación cuatro días después, siendo el mejor ante el Sestao (1-1).
