Fichado el pasado verano como alternativa en la medular, Roberto Olabe desembarcaba en el Deportivo después de no tener fortuna en la Liga SmartBank en la 21-22, donde militó en Eibar y Alcorcón —con el que perdió la categoría—.
Los herculinos buscaron contundencia en un futbolista experimentado y con capacidad para destacar en la recuperación y también en la distribución.
Uno de los mejores ‘ladrones’ de balones en Primera RFEF, sin embargo, no se prodigó demasiado en ataque, con unas estadísticas que evidencian su falta de llegada al marco contrario: ningún tanto y ningún pase de gol en toda la campaña.
El preparador que inicio la temporada 22-23 en el banquillo de Riazor fue confiando en Olabe de modo progresivo; inicialmente concediendo la titularidad a futbolistas como Álex Bergantiños y Villares, para a partir de la quinta jornada otorgarle este privilegio al dorsal número ‘8’.
Mediocentro de marcada agresividad, cortó infinidad de balones que no siempre pudo distribuir con acierto para sus compañeros.
El exceso de celo en la destrucción en ocasiones le jugó una mala pasada; no en vano, vio 13 cartulinas amarillas y una roja por acumulación.
Así, Olabe se perdió por sanción tres encuentros oficiales de Liga.
En el desplazamiento al Reina Sofía de Salamanca en la segunda vuelta del campeonato de Liga, Olabe sufrió quizá su peor actuación con la camiseta blanquiazul, no pudiendo evitar una expulsión por doble amarilla que puso muy cuesta arriba la misión de puntuar en el campo de Unionistas.
El pivote vio su primera tarjeta en el minuto 33 por un agarrón sobre el local Chapela, mientras que la segunda llegó después de una infracción evitable en el 51’.
Un episodio de frustración y rabia invadió a un futbolista que pagó su ira con una puerta del estadio Reina Sofía que quedó destrozada y posteriormente tuvo que abonar.
La recta final del torneo de la regularidad, ya con Rubén de la Barrera al frente del timón, le hizo perder protagonismo en el once deportivista.
No en vano, solo fue titular en uno de los cuatro envites que dirigió el técnico de Elviña en su segunda etapa en A Coruña, frente al ya descendido Pontevedra en el estadio de Pasarón (1-1).
Las sensaciones que ofreció Olabe no fueron las mejores —al igual que el resto del equipo—, y en el doble enfrentamiento de playoff de ascenso ante el Castellón tampoco saltó al campo de inicio.
Es más, en el 1-0 de Riazor ni siquiera tuvo minutos, mientras que en la vuelta de Castalia entró en acción en el minuto 91 para la prórroga contra los ‘orelluts’.
Con un año más de contrato en vigor con el RC Deportivo de La Coruña, concretamente hasta junio de 2024, el centrocampista salmantino iniciará previsiblemente la pretemporada 23-24 con el club en el mes de julio salvo que el nuevo cuerpo técnico apuesta por lo contrario.