Víctor Narro se convirtió el pasado 24 de junio en el segundo fichaje del Deportivo para la temporada 2022-23. El extremo izquierdo mallorquín aterrizaba en la escuadra blanquiazul llamado a convertirse en un jugador importante y, de hecho, arrancó el curso siendo un jugador importante en el engranaje de Borja Jiménez.
El futbolista de 24 años fue titular en seis de los siete partidos que aguantó el técnico abulense en el banquillo en su segunda campaña al frente de la plantilla deportivista y completó 528 minutos de los 630 de la competición liguera hasta ese momento.
Óscar Cano sucedió a Borja tras el empate en Majadahonda (0-0) y Narró desapareció del once. Su primera ausencia fue obligada, ya que se fracturó los huesos propios de la nariz durante el duelo con el cuadro majariego, lo que le hizo a pasar por el quirófano y perderse el siguiente compromiso, contra el Linares.
El balear ya estaba recuperado para la novena jornada, pero Cano sólo le dio 12 minutos frente al Castilla en el campo del filial madridista. Hasta su marca en el mercado de invierno, sólo jugó seis partidos más y fue titular en dos.
El preparador andaluz se decantó por un sistema que no permitía a Narro explotar sus cualidades, sin extremos puros. El costado izquierdo fue ocupado por Mario Soriano y en la mayoría de las ocasiones que el balear pisó el césped, actuó como carrilero, circunstancia que perjudicó su fútbol.
Desde la llegada de Cano, el balear desempeñó un rol residual. Apenas jugó 252 minutos en trece jornadas. Además, el 22 de enero, el club anunciaba el fichaje de Kike Saverio, también extremo izquierdo, así que a Narro no le quedaba otra opción que hacer las maletas. El día 31, el jugador mallorquín se comprometía con el Atlético Baleares para jugar cedido lo que restaba de temporada.
En el cuadro balear, que competía en el Grupo 2 de la Primera RFEF, recuperó el protagonismo perdido en el Deportivo con Óscar Cano.
Diecisiete partidos, quince como titular y 1.264 minutos disputó Narro en su nuevo destino, donde marcó un gol que dio los tres puntos a su equipo en Murcia en la trigésima segunda jornada.
Ahora regresará al Depor, ya que le resta una temporada de contrato y, quizá, con el nuevo técnico tenga la oportunidad que no le concedió Cano.
Arturo Rodríguez Pérez-Reverte, sobrino del escritor, fue el último fichaje del club coruñés en el mercado de invierno.
El Deportivo pagó 30.000 euros al San Sebastián de los Reyes para hacerse con los servicios del cartagenero hasta el 30 de junio de 2024.
El atacante de 34 años llegaba como recambio para la delantera, pero apenas completó 164 minutos en ocho encuentros.
En la trigésima segunda jornada, falló una ocasión clarísima para darle el triunfo al Depor en A Malata frente al Racing de Ferrol (0-0). Un error que dejó señalado a Arturo.
Rubén de la Barrera no concedió ni un solo minuto al delantero en los cuatro encuentros que dirigió.dx