Borja Granero y Orest Lebedenko, portadores del dorsal ‘12’ durante la temporada 2022-23, representaron las dos caras de una misma moneda. Por un lado, la cruz, personificada en el defensa central valenciano, que no disputó un solo minuto y acabó rescindiendo su contrato para encontrar un nuevo destino en el que sentirse importante. Por el otro, la cara, ejemplificada en el ucraniano, que nada más aterrizar ya se hizo con la titularidad, aunque su rendimiento no dejó de ser irregular.
Granero recaló en el Depor cuando el conjunto coruñés cayó a la ‘C’ y en esa primera campaña en la tercera categoría (2020-21), fue el amo de la zaga junto con Mujaid Sadick. Formó una pareja sólida e inamovible con el riojano. Ambos, titulares indiscutibles tanto con Fernando Vázquez como con Rubén de la Barrera.
Las lesiones, que tanto le lastraron en su última temporada en A Coruña, ya hicieron acto de presencia durante la liga 2021-22. Pasó de haber jugado todos los partidos menos uno el curso anterior a participar en 17 encuentros y sólo nueve como titular.
Los problemas físicos continuaron durante la campaña 2022-23. Ya le persiguieron en pretemporada, lo que le impidió coger el ritmo, y después, cuando se recuperó, entre recaídas y la falta de confianza, tanto de Borja Jiménez como de Óscar Cano, rescindió su contrato el 19 de enero sin haber disputado ni un solo minuto ni en la liga ni en el partido de Copa contra el Guijuelo.
Ese mismo día, fichó por el Castellón, donde se erigió en uno de los jugadores importantes desde el primer día. Participó en quince de las diecinueve jornadas de la segunda vuelta, actuando como titular cada vez que salió al campo.
El Depor cerró la primera vuelta de la competición lejos del liderato del Grupo, lo que le obligó a moverse en el mercado de invierno para reforzar la plantilla. Uno de los puestos donde había más dudas era el lateral izquierdo, donde Raúl Carnero no ofreció el nivel que se esperaba de él.
El 21 de enero fichó por la entidad blanquiazul Orest Lebedenko, procedente del Lugo. Y el ucraniano se apoderó del lateral izquierdo desde su llegada, desplazando a Raúl Carnero al banquillo.
Fue titular en quince de los últimos dieciocho encuentros de la liga regular y Rubén de la Barrera se decantó por él para los dos duelos de la semifinal del playoff contra el Castellón, llegando a jugar los 90 minutos del choque de Riazor y los 120 de la vuelta en Castalia.
Lebedenko ofreció un rendimiento irregular, ya que si bien dio algo más de profundidad por el costado izquierdo y marcó el gol que dio la victoria en Talavera (0-1), tampoco mejoró en exceso lo que había dado Raúl, sobre todo en defensa, donde se mostró vulnerable. De hecho, en la vuelta de la semifinal del playoff falló de manera clamorosa en la vigilancia en la jugada del 2-0.
Titular en el Castellón, jugó los 210 minutos que duró la eliminatoria del playoff contra el Depor. Tras el duelo de Castalia, mandó un mensaje de ánimo a sus excompañeros.