“Como vas a ‘fardar’ con esa camiseta toda firmada, pero luego no la vamos a poder lavar”, le decía un padre a su hijo este domingo, mientras este le miraba entre contento y un poco contrariado con la segunda observación.
Porque el Deportivo se adelantó este domingo día 5 a los Reyes, abriendo las puertas de Abegondo para regalar a sus aficionados, alrededor de 400 en su ciudad deportiva, un entrenamiento de entrada libre.
A pesar de las inclemencias meteorológicas, con viento y lluvia ya anunciados días atrás, la hinchada blanquiazul acudió a la llamada. La gran mayoría de aficionados, muy jóvenes, acompañados de sus padres y que aprovechaban los últimos días de vacaciones de Navidad para acudir a ver a sus ídolos.
Se notó la afluencia de público en Abegondo, con el aparcamiento completo y una interminable hilera de coches que llegaban casi al final del último campo de entrenamiento. Un importante trajín de autocares y seguidores, que corrían a ocupar un sitio en la grada.
Pasados apenas diez minutos de las once, la hora prevista para el inicio de la sesión, saltaron al campo los protagonistas. Se quedaban un poco atrás Óscar Gilsanz y Yeremay Hernández, que recibían las primeras ovaciones.
Tanto el canario, como David Mella y Lucas Pérez centraban muchos de los reclamos por parte de los hinchas coruñeses, que aplaudían cuando alguno de estos se giraban para saludarlos.
No fueron los únicos, también se escuchó al respetable llamar a otros futbolistas como Helton o Charlie Patiño, entre otros. Los jóvenes seguidores blanquiazules trajeron la lección bien aprendida y demostraron que conocían a todos y cada uno de los jugadores que conforman el plantel deportivista.
Después de que la plantilla realizase un rondo en el centro del campo, llegó el momento para el ensayo de disparos. Y ahí se arrancaron los primeros aplausos, al ser Yeremay uno de los primeros en batir a Helton. También unos cuantos ‘uy’ cuando los deportivistas erraban los remates.
Subieron los decibelios cuando el grupo donde estaba Mella ocupó posiciones más cercanas a la grada y viendo su acierto de cara al arco, marcando en sus dos primeras acciones de forma consecutiva.
“¡Mira, hay partido!”, exclamaba emocionado un joven seguidor viendo como los futbolistas se repartían los petos. Un encuentro en el que no participaron Dani Barcia, ni Iván Barbero, que se quedaron con el readaptador Nando Rodríguez en el campo dos.
En el caso de Barcia solo realizó la primera parte de la sesión, mientras que el delantero de Roquetas, tal y como estaba previsto por los servicios médicos del club, tuvo trabajo personalizado. En el partidillo de once contra once la afición vitoreó las acciones de mérito. Y como suele pasar en este tipo de encuentros no estuvieron exentos de los tradicionales ‘piques’, aunque siempre dentro de un ambiente de cordialidad y compañerismo.
Lucas reclamó una falta al borde del área y los hinchas sacaron los móviles, listos para inmortalizar una acción que tantas veces ha repetido el de Monelos, con gol incluido. No pudo ser esta vez, pero sí que levantó a la grada Pablo García, que se llevó con un recorte a Obrador y ajustó un disparo que golpeó en el larguero. También tuvo minutos su compañero, el fabrilista Aarón.
Hora y media después de que iniciase el entrenamiento el Deportivo dio por concluido el trabajo. Pero aún les quedaba tarea a los jugadores de la primera plantilla blanquiazul.
Porque los jóvenes hinchas ya estaban preparados con la artillería pesada: camisetas, bufandas, pelotas y libretas para que los futbolistas dejasen estampada su firma. El plantel se dividió por zonas de la grada para atender las múltiples demandas. Los nombres de Lucas, Mella y Yeremay fueron los más escuchados, pero todos se prestaron a pasar un tiempo con los más pequeños.
Incluso muchos jugadores ejercieron de improvisados fotógrafos, demostrando su capacidad para realizar buenos selfies. Y así fueron pasando por los diferentes sectores de la grada, para alegría de los pequeños hinchas, que bulliciosos mostraban orgullosos sus trofeos.
“Me la firmaron todos”, señalaba feliz un aficionado, con la elástica amarilla, una de las más célebres y vendidas de la temporada pasada.
Con el paso de los minutos y a pesar de la lluvia los futbolistas siguieron atendiendo a los niños y niñas congregados en Abegondo, con el objetivo de que ninguno se quedase sin su regalo, ya fuese en forma de firma o de foto. Los últimos en retirarse fueron los porteros Eric Puerto y Helton y los jugadores Pablo Vázquez y Lucas Pérez.
Incluso los focos se posaron en el míster, con un Óscar Gilsanz, que fue requerido para que se sacase alguna foto. Una jornada preludio de la Cabalgata y la noche mágica del 5 de enero, en una mañana en la que el Dépor se adelantó a los Reyes.