Llegó a Abegondo hace menos de cinco años siendo cadete y ya se ha convertido en una de las grandes promesas del Deportivo. Yeremay Hernández solamente tiene 20 años, pero su desparpajo, su descaro, su atrevimiento y, sobre todo, su calidad le han llevado a ser una de las piezas más importantes de un Depor que sigue luchando por superar el peor momento de su historia y ganarse rápidamente el cariño y la ilusión de la afición blanquiazul.

Y es que desde su lesión el pasado 2 de septiembre ante el CD Lugo, cuando toda la mala suerte se puso de su lado al fisurarse el peroné en la segunda jornada del campeonato, tanto aficionados como cuerpo técnico comenzaron a 'llorar' su ausencia. Algo que podría sonar irónico, ya que la campaña pasada apenas tuvo presencia hasta la llegada de Rubén de la Barrera en la jornada 37 y tras un largo mercado de fichajes este verano en el que llegaron trece caras nuevas a Riazor.

"Eres probablemente lo que nos vaya a salvar este año. No es echar responsabilidades, es simplemente saber lo que vales", afirmaba el pasado domingo un aficionado en la previa del duelo ante Osasuna Promesas. "Confíamos en él cien por cien, sé que él va a mejorar esta situación", comentaba otra aficionada. El canario reaparecía tras casi tres meses alejado de los terrenos de juego y en el minuto 70, al equipo coruñés se le atascaba otro partido. Faltaba acierto, escaseaban las ideas y el estadio solamente podía pensar en un nombre: 'Yeremay'.

Su regreso, el más esperado

Tras haber sufrido la primera lesión grave de su carrera, con la que en un primer momento le estimaron dos meses de baja, que se alargaron por una mezcla de molestias y falta de confianza, posiblemente en otro momento se hubiera abordado con más tranquilidad su regreso. Pero el equipo y la gente le necesitaban, y el extremo estaba listo para ayudar a reconvertir la situación y poder luchar un año más por regresar al fútbol profesional. Con 20 minutos por delante, el atacante reapareció firmando una gran actuación, a pesar de no haber conseguido pasar del empate.

A pesar de esto, y por la 'presión' que se puede estar poniendo en su figura debido al momento en el que se encuentra el conjunto herculino, la afición, preocupada por que 'las prisas no sean buenas', le pide que "non teña presa, que os resultados veñen co tempo e acaba de saír dunha lesión, que se preocupe pola sua saúde primeiro" y que tenga claro que "primero va él" y "que se recupere" para que "no vuelva a empeorar". Para quitarle un poco esa 'carga' que parece que la actualidad estaba poniendo sobre sus botas, dos aficionadas quisieron recalcar que "no recae todo en él" y "es la responsabilidad de todos los jugadores". 

Yeremay se ha ganado el corazón de los seguidores blanquiazules. Desequilibrante en banda, pone en tensión a la grada cada vez que toca un balón, desprendiendo su esencia en cada jugada, atrevido para encarar a quien se le ponga por delante y para sacarse de 'la manga' bicicletas, caños e ingeniosos regates.

Apoyo incondicional 

Ahora, sumergidos y atascados en la mitad de la tabla, los aficionados, desde los pequeños a los mayores, volcados totalmente con el '10',  han querido mandarle un mensaje de ánimo para afrontar los próximos encuentros, afirmando que "es el mejor y que no se preocupe" por la situación en la que se encuentra el equipo, y le piden que vuelva "más fuerte que nunca", ya que todos ellos y ellas le esperaban "con muchas ganas".

"Que juegue como ha jugado siempre", espera de él Manuel. "Eres un genio, que no te presione nadie", alabó otra aficionada, para terminar con un "que disfrute y que estamos apoyándole siempre". 

El extremo, que compareció ante los medios por primera vez en su carrera el pasado jueves, explicó que "cada vez me siento un poquito mejor, aún me quedan unas semanas de coger ritmo, de adaptarme al ritmo de competición", pero que está "orgulloso de que la afición me quiera tanto, de que me transmita en todo momento apoyo y que quiera verme jugar", culminando con un "para mí es un orgullo estar aquí, estar en el Depor".