El Deportivo afrontó hoy su largo viaje a Mérida, el primero de muchos que tendrá que acometer a lo largo de la presente temporada en Primera Federación. El club explicó que “las grandes distancias por carretera condicionarán la programación de los entrenamientos previos al partido, con el objeto de que el equipo compita cada fin de semana en las mejores condiciones físicas posibles y lejos además” de Riazor.
Esta vez son 733 kilómetros, más de siete horas en autobús, de donde salieron a las ocho de la mañana. A esa hora partieron desde la Ciudad Deportiva de Abegondo.
Naipes, tablets aprovechando la red wifi del bus, libros o videojuegos ayudaron, tal y como apuntó el propio Depor, a sobrellevar el largo viaje a tierras extremeñas. Algunos, además, aprovecharon para descansar después del madrugón que se tuvieron que meter para el partido.
Al mediodía, la expedición blanquiazul hizo una parada para llevar a cabo el último entrenamiento de la semana, previo al partido del Romano José Fouto.
El escenario fue el Anexo al Estadio Ruta de la Plata de Zamora. Va a convertirse en punto habitual para el Deportivo esta temporada en sus desplazamientos hacia el sur, igual que para sus rivales. Si el Linense acabó de preparar la cita de Riazor allí, hoy le tocó al Depor.
La temperatura fue elevada, rozó los 30 grados, parecida a la que se va a encontrar en la cita de Mérida. Además, a la misma hora del entrenamiento de Zamora.
Borja Jiménez dispuso de una sesión con activación, rondos, una tarea de finalizaciones y un repaso final a la estrategia. El técnico había adelantado a Abegondo y Riazor el grueso de los ejercicios tácticos y de acciones a balón parado. Después, de Zamora, otros 330 kilómetros hasta llegar a destino para un Deportivo que se estrenará a domicilio en un estadio que conoce del pasado. En A Coruña se quedaron Borja Granero y el portero Pablo Brea. Víctor Narro viajó y se estrenaron en la lista Pablo Martínez y Max Svensson.