Un aficionado del Deportivo que nació en Valladolid en 1986, David Martín, cubrió a pie los 450 kilómetros que separan la ciudad castellana de Riazor para acudir al partido que enfrentó este domingo al conjunto coruñés con el Calahorra, en el que los blanquiazules pusieron fin a una serie de tres derrotas. No perdió detalle desde la zona inferior de la grada de Tribuna de lo que sucedió en el rectángulo de juego, donde trajo suerte al equipo que entrena Borja JIménez.

El Deportivo trasladó la historia de este seguidor blanquiazul, que con 9 años, en 1995, celebró en su casa el gol de Alfredo Santaelena en la final de la Copa del Rey con el Valencia, que supuso el primer título oficial del conjunto coruñés en aquella reanudación del partido que había tenido que ser suspendido por la lluvia.

Con su camiseta de aquella temporada, ha iniciado una nueva etapa de su vida en A Coruña tras cambiar su lugar de residencia y también su carné de abonado, que pasó de socio amigo, con carácter simbólico y derecho a presenciar un partido por temporada, a tener un asiento fijo en el estadio blanquiazul.

Esta etapa la comenzó el pasado domingo después de haber hecho caminando el recorrido de ese cambio vital: 450 kilómetros que comenzó a recorrer el pasado 31 de enero. Siguió el Camino de Santiago, pero con una meta distinta. No era la Catedral de Santiago, sino la bombonera deportivista.

Allí apoyó por primera vez ‘in situ’ al Deportivo y contribuyó, como otros miles de seguidores, a que el equipo retuviera el liderato.