Fermín Antuña (ADG)
El Fabril empató con el Llanera en un partido lleno de alternativas, en el que el colectivo fabrilista vivió todo tipo de situaciones. Con un jugador menos debido a la expulsión de Carreira, y con el marcador en contra desde los primeros compases del choque, los pupilos de Manuel Pablo supieron voltear el marcador gracias a los goles de Darío y Bil. Sin embargo, tras conseguir lo más complicado, al filial se le escaparon en la recta final del encuentro, y desde el punto de penalti, dos puntos valiosos en su pelea por acceder al play-off de ascenso (2-2). El Langreo, que doblegó al Bergan y tiene un partido pendiente contra el Real Avilés (se jugará el miércoles), sigue la estela blanquiazul y se sitúa a solo tres puntos.
Condicionado por las numerosas bajas de diferente índole, Manuel Pablo se vio obligado a llevar a cabo una auténtica revolución en el once inicial presentado en el particular Pepe Quimarán. Sobre el reducido sintético, Ríos, Samu, Guerrero, Enrique, Jaime, Bil y Darío encarnaron las novedades en la alineación del Fabril. Con la baja del sancionado Kevin, el cuadro fabrilista apostó en su fase ofensiva por buscar los envíos directos hacia la dupla de referencia conformada por Bil y Darío. Precisamente, en la primera ocasión en la que sus compañeros consiguieron alimentarle en el área rival, fue el santiagués el primer jugador en acercarse al gol al ejecutar desde el interior del área un disparo que se marchó unos pocos centímetros por encima del larguero.
El esperanzador inicio de partido del Fabril se convirtió en un santiamén en un espejismo, ya que el Llanera replicó de la forma más contundente posible. Álex Barrera ganó altura por el carril interior para asaltar la portería defendida por Ríos con un tiro que fue bloqueado por el central de edad juvenil Samu. Sin embargo, los pupilos de Manuel Pablo, con ventaja posicional, no se mostraron lo suficiente concentrados para hacerse ganadores de un rechace corto que se adjudicó el goleador Tito. El mexicano armó muy rápido la pierna con la idea de ejecutar un lanzamiento potente y cruzado que hizo inútil el intento del guardameta de Ordes de evitar el 1-0.
El hecho de verse tan pronto por detrás en el marcador no le sentó bien a un Fabril que, en el primer acto, apenas construyó ataques con fluidez y acusó la sensible baja de su máximo goleador. La ausencia de Kevin incitó al cuadro herculino, desnortado en los momentos poco armónicos con el esférico, a reformular los caminos para nutrir a sus jugadores ofensivos. Ya fue en el epílogo de la primera parte cuando el conjunto fabrilista pudo desplegar las alas y atacar la profundidad a través de las proyecciones de Guerrero. El ferrolano, que en esta ocasión actuó como lateral, envió el cuero hacia la frontal del área pequeña en busca de la cabeza de Bil. A pesar de su cercanía con el objetivo del ansiado gol, el camerunés no supo direccionar el remate final entre los tres palos.
Manuel Pablo detectó problemas en la sala de máquinas y no dudó en intervenir en el tiempo de descanso al darle la oportunidad de reivindicarse a Carreira. El sadense aportó equilibrio y posibilitó que los jugadores más desequilibrantes encarasen el área local con mayor confianza. En este contexto de juego más favorable para sus posibilidades ofensivas floreció la atestiguada calidad de hombres como Luisao y Bil. Tras conectar por dentro, el mediapunta hispano-ecuatoriano puso a correr al camerunés gracias a un preciso pase en profundidad. Solo el portero local, Berto, pudo impedir en última instancia el gol del empate con una mano abajo ante el zurdazo cruzado del atacante.
Con el correr de los minutos el juego se inclinó de manera clara sobre el área local, aunque los pupilos de Manuel Pablo seguían sin ser capaces de generar un volumen ofensivo importante que hiciera sufrir al Llanera. El combativo conjunto asturiano no dejó de aproximarse con cierta regularidad sobre la portería defendida por un Ríos que estuvo cerca de volver a recoger el balón del fondo de las redes. La falta lateral botada por Tito desde el sector derecho fue devuelta a la frontal del área pequeña por Donate con la premisa de localizar el definitivo remate a puerta. Pero lo que finalmente se produjo, en una situación de máxima emergencia, fue un despeje a botepronto por parte de Marotías que se acabó estrellando en el larguero y marchándose a saque de esquina.
Con todavía 20 minutos por disputarse, el partido se le puso aún más cuesta arriba para el Fabril con la expulsión por tarjeta roja directa del revulsivo Carreira. Todo empezó por un mal control que hizo que llegara tarde a la disputa inmediata del balón dividido. Sin embargo, cuando todo se veía más oscuro, el filial se reveló a las adversas circunstancias y le dio la vuelta al marcador en un suspiro. Primero, Manu Ferreiro, que ingresó al terreno de juego desde el banquillo, envió un centro tocado al interior del área al que Darío supo otorgarle el valor del gol mediante un remate de cabeza como mandan los cánones. Impulsado por el inesperado tanto, los visitantes ahondaron en el hundimiento emocional del Llanera con el certero remate de Bil ante el potente centro cruzado de Mane desde el sector izquierdo.
Cuando había conseguido hacer lo más complicado, dándole la vuelta al marcador tras haberse quedado con un jugador menos, el Fabril volvió a sufrir la sensación más negativa posible cuando Marotías, al ir excesivamente fuerte a un balón dividido en la línea de fondo, cometió un penalti. La pena máxima fue ejecutada por Tito, que anotó su doblete particular y recargó de energía a un Llanera decidido a buscar el tercer gol en superioridad numérica. El cuadro asturiano se volcó con más corazón que cabeza sobre el área visitante, pero el filial blanquiazul supo sufrir hasta el pitido final para salvaguardar el empate.