Eso de que los pequeños detalles deciden partidos no es un simple tópico. Y si no que se lo digan al Fabril. En las tres últimas jornadas dejó escapar tres puntos al encajar dos goles en los añadidos de la segunda parte. Primero en Pasarón contra el Pontevedra, ante el que perdió por 2-1 con un gol en el minuto 98, y el pasado sábado en Abegondo frente al Langreo, que marcó el 1-1 de falta directa en el 93.
El filial del Deportivo pecó de novato en una jugada de dos puntos (menos). La situación del partido parecía evidente. El Fabril, que jugaba en superioridad numérica desde el minuto 56, cuando el central David Fernández vio la segunda amarilla por una falta a Kevin Sánchez, llegaba al tiempo de añadido de la segunda mitad con 1-0 a favor.
Gilsanz hizo tres cambios en el 86 para refrescar el frente ofensivo –Hugo Villaverde por Guerrero, Kike Fernández por Noé y Bil por Darío– y gastó la última sustitución en el 90 retirando a Kevin para ar entrada al lateral izquierdo Iker Vidal con un claro mensaje de que la idea era dejar la portería a cero con piernas frescas y un futbolista más de perfil defensivo.
Se había superado el minuto 91. Quique Teijo recibió en posición de lateral derecho, en campo contrario, jugó dentro para Alfaro y este trianguló con Kike Fernández. El gaditano controló, se relajó y perdió la pelota ante la presión de Joselu, que salió en conducción como una flecha hacia dentro.
El Fabril no tenía ningún jugador de equilibrio en el medio. Sólo estaban por detrás de la pelota los cuatro de la línea defensiva. Teijo saltó dentro a por Joselu, que pasó a Vander, con mucho espacio para encarar a un Aarón que no le encimó a tiempo y acabó cometiendo falta en la frontal. Expulsión por segunda amarilla y situación peligrosa para el Langreo. Samu Pérez mandó la bola lejos del alcance de Alberto. Era el minuto 93. El Dépor B había concedido la acción que buscaba su rival. Fue una jugada de dos puntos menos de la que debe aprender el Fabril.