Santi Mendoza/Iago Couce
No se hizo esperar la primera victoria del Fabril. Después del pinchazo de la semana pasada en casa contra el Ávila, el equipo dirigido por Óscar Gilsanz remontó al Valladolid Promesas (1-2) gracias a dos errores del cuadro pucelano que permitieron sumar los tres primeros puntos.
A pesar de la derrota en la primera jornada, el técnico blanquiazul apostó por el mismo once contra el filial del Valladolid, dejando claro que tiene fe ciega en sus jugadores. El planteamiento del duelo fue prácticamente calcado así como el comienzo ya que volvieron a encajar en los primeros 20 minutos.
Otra vez tocaba remontar y otra vez volvió a confiar en Álvaro Mardones y Noé Carrillo para revolucionar un choque que era de color blanquivioleta. Con ellos sobre el verde, el Fabril comenzó a tener más presencia y crear más peligro.
Esto también se debió a la entrada de Damián Canedo, que debutó con la elástica blanquiazul, así como también lo hizo Hugo Villaverde. El central aportó contundencia defensiva, algo que agradeció el equipo, así como el gran hacer en ambas áreas de Óscar Marotías.
El defensa fue el encargado de igualar el encuentro, en el minuto 76, gracias a un gol olímpico en el que el portero del Valladolid Promesas, Fer Pérez, detuvo el balón dentro de la portería.
Con la igualada, el Fabril recordó a esa escuadra que quiere Gilsanz, muy agresivo en la presión y por eso llegó el segundo tanto obra de Luisao tras un robo en área rival.
A partir de ahí, el conjunto dirigido por Óscar Gilsanz, al contrario que en los primeros veinte minutos del partido, se mostró mucho más rocoso y seguro en las acciones defensivas. La única nota negativa de la victoria fueron las tarjetas amarillas que recibieron Jaime Garrido y Aarón Sánchez, ya que es la segunda ocasión en las dos jornadas que se disputaron que ambos son amonestados.