En los 44 partidos que ha disputado en Segunda Federación -los 34 de la temporada y las diez jornadas del presente curso-, el Fabril no había conseguido tres victorias seguidas hasta el pasado domingo, cuando se impuso por 1-0 al Guijuelo en Abegondo. La última vez que el filial del Deportivo registró una marca igual o superior fue a finales del año 2022, en la campaña del título de Tercera y el consiguiente ascenso a la cuarta categoría.
Los tres triunfos seguidos le han servido al Deportivo B para pasar de la posición de playout que ocupaba al término de la jornada 8 tras perder por 2-0 en Miramar ante el Marino de Luanco a escalar al séptimo puesto pero con la misma puntuación (16) que el quinto, un Bergantiños que está instalado en zona de fase de ascenso a Primera Federación.
La mejor racha del Fabril desde que milita en Segunda Federación se inició el 20 de octubre después de que el equipo de Óscar Gilsanz y David Lagar firmase uno de sus peores registros de las dos últimas temporadas: un punto de doce posibles. Los rivales -en esas cuatro jornadas se enfrentó a los dos primeros clasificados- y el calendario -de los cuatro encuentros, tres fueron lejos de A Coruña- tuvieron mucho que ver en la serie de resultados negativos del filial blanquiazul: derrota en Pasarón con el gol definitivo del Pontevedra (2-1) en el minuto 98, 1-0 en contra en Los Pajaritos frente al líder Numancia, empate en Abegondo ante el Langreo (1-1) con tanto visitante de falta directa en el 93 y una tercera derrota en el campo del Marino de Luanco (2-0).
El resultado negativo que más preocupó en el seno del Fabril fue el de Luanco en la jornada 7. El Dépor B no tuvo prácticamente ninguna opción de puntuar ante un rival que ya ganaba por 2-0 antes del minuto 10. Los otros tres resultados, sobre todo las dos derrotas (por la mínima) en los estadios de los dos primeros clasificados, entraban en las quinielas y más si cabe teniendo en cuenta la buena imagen que dejó el equipo en ambos escenarios.
El Fabril necesitaba una victoria para que desapareciesen posibles fantasmas y ese marcador llegó en la jornada 8 contra el Escobedo. El conjunto cántabro, recién ascendido y debutante en la Segunda Federación, se presentaba en la Ciudad Deportiva de Abegondo con un punto más que el Dépor B, que fue netamente superior, fundamentalmente en la segunda. De hecho, al descanso se llegó con el 0-0 inicial. En el 53, Alfaro abrió la lata a pase de Kevin Sánchez y, a partir de ahí, el cuadro blanquiazul fue un rodillo: Guerrero amplió la renta en el 65 con asistencia de Noé, Fabi anotó el 3-0 con servicio de Alfaro y Dylan firmó el definitivo 4-0 en el añadido.
El segundo triunfo del Fabril en la actual racha fue, sobre el papel, el más complicado. El equipo de Gilsanz volvía a enfrentarse a un adversario, el Rayo Cantabria, que estaba por delante en la clasificación; en este caso con dos puntos más. Además, el filial del Racing jugaba como local en La Planchada. El Dépor B puso el partido de cara muy pronto. En el minuto 3 y después de un saque de banda, el camerunés Bil Nsongo cazó una volea a la media vuelta a la altura del punto de penalti para firmar el 0-1. Guerrero, a pase de Noé y después de un envío en largo del portero Alberto, anotó el 0-2. La escuadra cántabra recortaría distancias en el 71 pero los tres puntos volarían para A Coruña. Seis de seis.
El nueve de nueve llegó el pasado domingo. El Guijuelo, sorprendente penúltimo clasificado, no fue capaz de inquietar al Fabril hasta los últimos veinte minutos de encuentro cuando, con más corazón que cabeza e ideas, cargó el área blanquiazul con centros laterales.
Si la peor racha del Fabril esta temporada (un punto de doce posibles) tiene justificación por la dificultad de los rivales, la mejor no debería servir para sacar demasiado pecho por el mismo motivo. En sus tres victorias seguidas, el Dépor B ha disputado dos partidos como local y ante dos rivales en horas bajas porque tanto el Escobedo (puesto 14) como el Guijuelo (penúltimo) ocupan puestos de descenso. El Rayo Cantabria, tercero en cuestión, es décimo.
En el primero de los tres partidos, Óscar Gilsanz aplicó una pequeña revolución después de la mala imagen ofrecida en la visita a Luanco (derrota por 2-0). De hecho, contra el Escobedo, en la jornada 8, dos de sus futbolistas disfrutaron de su primera titularidad de la temporada: el lateral derecho Pablo García (juvenil de primer año) y el mediocentro Kike Fernández (fichaje procedente del Betis Deportivo).
El resto del once inicial contra el Escobedo –a partir de ahí no sufriría modificaciones excepto por problemas físicos– lo completaron futbolistas más habituales como Alberto Sánchez (portero), Aarón Sánchez y Óscar Marotías (pareja de centrales), Iker Vidal (lateral izquierdo), Álex Alfaro (acompañante de Kike en el doble pivote), Adrián Guerrero (extremo derecho), Noé (mediapunta), Fabi Urzain (extremo izquierdo) y Kevin Sánchez (delantero). El resultado (4-0) invitó a la continuidad.
En cambio, Óscar Gilsanz, que en aquel momento no lo sabía pero contra el Rayo Cantabria afrontaría su último partido con el Fabril, se vio obligado a realizar dos modificaciones. Las lesiones de Kevin, en el transcurso del choque ante el Escobedo, y de Fabi Urzain, abrieron la puerta de la titularidad a Hugo Villaverde en el extremo izquierdo y al camerunés Bil Nsongo en punta de ataque. Este último lo aprovechó al máximo con un gol en cada choque.
La principal novedad en la última jornada de Liga del Fabril fue la ausencia en el banquillo de Óscar Gilsanz al formar parte ya del primer equipo. El segundo David Lagar estuvo al frente del filial para conseguir la tercera victoria consecutiva gracias al solitario gol de Bil en el minuto 33 del choque ante el Guijuelo. En la alineación blanquiazul sólo hubo una novedad respecto al anterior partido ante el Rayo Cantabria. Damián Canedo jugó de central al lado de Marotías ocupando el lugar de Aarón Sánchez.