Miguel Llorente, entrenador del Deportivo Abanca, compareció ayer en rueda de prensa en la previa del encuentro ante el Pradejón y analizó el momento de su equipo tras sufrir la segunda derrota de la temporada el pasado domingo ante el Espanyol (2-0).

El míster blanquiazul empezó diciendo que “fue un palo. Perder era una de las opciones y yo contaba con ello porque, si hay algún partido en el que tienes más posibilidades de perder, es uno como el del Espanyol. Es un equipo recién descendido con un presupuesto de Primera División. Se perdió y el viaje de vuelta fue más duro de lo habitual porque el estado anímico no era el mejor pero, el día siguiente, estábamos bien otra vez. Ya vimos lo que no funciona y sabemos que no pueden volver a repetirse esos fallos. Dejamos de ser nosotras y se aprovechó el Espanyol”.

¿Qué falló contra el Espanyol? “Cuando haces un filete, sabes que hay una parte más alta, más gordita, y cuando lo abres está un poquito más crudo. Hemos abierto el filete, hemos visto en qué parte está crudo y, a partir de ahora, tenemos que hacerlo mejor. Confío más aún en el equipo de lo que confiaba hace una semana porque las derrotas nos dan pistas de por dónde debemos ir, de lo que funciona y de lo que no. Tenemos una intención conjunta a la hora de jugar. Ganamos todas, perdemos todas, jugamos todas. Todas nuestras acciones se basan en el movimiento de las once. Hay varios factores que se mezclan: la vuelta de Navidad; el viaje, que fue un poco más duro de lo normal… Todo eso hace que no salgas como tienes que salir y que te vayas por un camino que no es el idóneo porque no es el nuestro y, cuando quieres volver, ya no sabes hacerlo y darle la vuelta al partido. Nos marcaron en el minuto 12, tuvimos varias y no marcamos. Fútbol. No hay muchas más vueltas que darle”.

Sobre el partido de hoy dijo que “del Espanyol no hacía falta hablar porque ya lo sabemos pero llevo semanas y semanas hablando del Pradejón y del Parquesol. En su campo, el Pradejón es un equipo que tiene jugadoras muy rápidas arriba, de calidad… Es una idea parecida al Levante Las Planas. Si les dejamos jugar, nos pueden crear problemas. Vamos a lo mismo, a que tengan el balón el mínimo tiempo posible para que esas posibilidades de hacernos daño sean las mínimas. Intentaremos conseguir lo que consiguió el Espanyol contra nosotras, que pierdan su esencia. Que no conecten con las futbolistas de arriba, que tengan el balón lo mínimo posible, que nuestra presión tras pérdida sea buena y que no nos afecte el frío que va a hacer, la gente, el ambiente, el estado del campo… Debemos hacer lo nuestro. Coger nuestro camino y que no haya posibilidad de dejarnos ningún punto porque desde el minuto 1 hasta el 90 estemos como debemos estar”.

El Depor está mentalizado. “A unos se les nota más y a otros menos, pero es algo que se desprende y se contagia. Si las jugadoras me notan más tranquilo o más pasota de lo normal, ellas harían lo mismo y llegaríamos a Pradejón con una relajación que sería desafortunada. Ellas me notan el estado en el que estoy cuando entreno. No hacen falta palabras. No hemos hablado mucho del rival, pero nuestro lenguaje corporal, nuestras conversaciones durante la semana tienen que servir para darnos cuenta de la importancia del partido", concluyó el míster deportivista.