No llegaba el Fabril en su mejor momento –cuatro derrotas en los cinco últimos partidos– y tampoco visitaba el campo más propicio para regresar a la senda de la victoria–-el Silva era, junto al Rápido de Bouzas, el único equipo invicto en casa– pero el filial del Deportivo se adaptó bien a A Grela, tomó ventaja con Davo en la primera mitad tras una gran cabalgada de Iano Simao y, aunque el conjunto de Bardanca recortó distancias con un tanto de Marcos Gómez, el central Barcia anotó el definitivo 1-2 en el 79 en un córner.
Silva y Fabril se conocen a la perfección, Bardanca y Gilsanz más si cabe. En un derbi hay pocos secretos, pero ambos entrenadores trataron de sorprenderse con algún detalle. El conjunto local apostó por el central Fiuza en el doble pivote junto a Máquez y el visitante actuó con un doble lateral en la izquierda: Juan Rodríguez de lateral y un Iano que sería determinante por delante.
A Grela, más pequeño que la mayoría de campos de la categoría, esconde los espacios pero siguen existiendo. El Fabril los encontró en la jugada del 1-0. Iano Simao, el futbolista más atlético y potente de los 22 que estaban sobre el campo en el minuto 35, encontró un carril infinito por la banda izquierda. Ni Brais Lema, lateral derecho que debía estar emparejado con él, ni Xusto central derecho que tendría que hacer cobertura a Lema, estuvieron atentos. Y el guineano corrió y corrió desde el medio del campo de forma salvaje pero precisa. Más preciso aún fue su centro. A medida que se acercaba a la línea de fondo, redujo su velocidad para sacar un centro perfecto con el interior de la zurda. El cuero llegó a media altura al segundo palo, donde apareció Davo para rematar a un toque ante un nuevo error de marca del Silva. Fue
un golazo. La contra perfecta. Sencilla pero perfecta.
El Silva lo había intentado tanto como el Fabril en la primera parte y en el inicio de la segunda tanto con juego directo como a balón parado, pero el Depor B se mostró contundente defensivamente en todo momento sin permitir que el equipo local llegase a tener una ocasión clara de gol más allá de la incertidumbre de merodear el área, incluso el área pequeña. En el 52, Bardanca realizó el primer cambio de la noche sin modificar la estructura pero manifestando una apuesta ofensiva. Salió Fiuza y entró Álvaro Rey, un delantero que actuó en banda derecha pasando Álex Lorenzo al doble pivote junto a Máquez.
Lo siguiente que pasó en el partido fue el 1-1. Fue precisamente en una acción ofensiva por banda derecha, la de Álvaro Rey. El Silva provocó un saque de banda a pocos metros de la línea de fondo y, cuando se produce esa situación, Brais Lema cuelga el balón al área. El Fabril, que había estado impecable hasta entonces tanto en disputas como, sobre todo, en segundas jugadas, permitió que un jugador local prolongase en el primer palo y, lo que fue peor, los defensas blanquiazules no estuvieron vivos para despejar cuando la pelota toco el césped. Marcos Gómez, el menos indicado, esperaba la bola en el segundo palo y ni siquiera tuvo que controlar. Soltó un trallazo de empeine con la zurda y dirigió la pelota con violencia a la red.
El Fabril, que hizo el 0-1 en un contragolpe, sabía que el balón parado cobraría más importancia ayer que en cualquier otro partido de la liga. El Silva se lo demostró con el 1-1 en un saque de banda. Pero el equipo de Gilsanz también confirmó que llevaba la lección preparada. En el 78 probó Runy con una falta directa que dio en la barrera. El cuero salió por la línea de fondo: córner. En ese saque de esquina, el propio Runy puso el esférico al segundo palo, David lo devolvió al corazón del área con la testa y Barcia, sin oposición, cabeceó de forma impecable cerca de la escuadra derecha de Ríos. 1-2. Fue definitivo. De ahí al final, más interrupciones y tarjetas que ocasiones. El Fabril se creció ante las adversidades.