La última perla del fútbol español es Julen Jon, el hijo de Julen Guerrero. Está triunfando en el juvenil del Real Madrid y en la selección sub-18. Hace tiempo que me llegaron excelentes referencias de la promesa vasca desde Málaga, antes de aterrizar en la capital de España. Y sigue fiel a las cualidades que se le presuponían, el gol. Tiene un don especial para pisar el lugar del césped adecuado. Oro puro en fútbol.
Este nuevo brote se une a los ya surgidos Gavi, Yéremy, Pedri… Y esto me ha hecho pensar. No seré yo (a quien dieron la posibilidad de debutar con la selección femenina absoluta a los 17 años) la que ponga peros a la entrada de savia nueva en el trasnochado fútbol español. Pero me surgen algunas dudas.
¿Ante esta situación de caos económico en los clubes y sin estrellas rutilantes en nuestro campeonato mayor, no se estará apurando la temperatura del horno en demasía en busca de producto nobel español selecto?
Porque verán, yo entiendo el fútbol como una profesión. Será porque, como ya expliqué en artículos anteriores, he comido de él por la condición de mi padre. Eso hace que en mi mente aparezca como una carrera de fondo, donde la meta es llegar a veterano habiendo hecho una buena trayectoria y habiendo ganado dinerito suficiente. Y por ello admiro y elevo al futbolista maduro. Eso, al futbolista, porque una cosa es ser un espléndido jugador de fútbol y otra bien distinta ser un buen futbolista. La diferencia radica en cuidarse, evitando lesiones y sanciones; tener sentido de equipo; dar la cara en las situaciones complicadas, en los partidos vitales; tener un peso específico en el vestuario; entender y aplicar las estrategias colectivas…. Es decir, mucho más que ser ‘jugón’. Y el fútbol se alimenta mayoritariamente de este perfil. Y los padres y madres de estos niños que ahora apuntan alto lo deben de tener muy claro. Y poner coto a barbaridades que se están produciendo.
Comencé hablando de Julen Jon y acabo haciéndolo de su padre. Cuando el ‘8’ del Athletic era el jugador más anhelado por grandes clubes, el más admirado por los aficionados de toda España y cuando ocupada las carpetas de todas las adolescentes de nuestro país, ocurrió lo siguiente: el Depor jugaba contra el cuadro vasco, un compañero de un medio de allí me pasó el número de la casa de Julen (lógicamente no existían móviles). Lo llamé y me saltó el contestador. Dejé mensaje para ver si podía entrar en el programa de la tarde. Me fui a comer sin la mínima esperanza. Cuando volví por la tarde me dijo mi jefe que había llamado Julen Guerrero. Que okey.
Salud y suerte!