El primero en llegar es Fran, una figura imprescindible dentro del club. A las 10.30 horas ya está en el Palacio. Prepara todos los detalles del vestuario número 1 para que no falte de nada en el corazón del Liceo. El partido es a las cinco, pero los jugadores se presentan dos horas antes en Riazor.
Cuando nos dejan pasar al vestuario faltan unos 90 minutos para el pitido inicial. Es el momento de la penúltima charla, la más importante. Habla Juan Copa, los demás escuchan. El técnico recuerda el plan de partido con el apoyo de un vídeo en el que analiza el juego del Reus.
“Vamos a correr, pero sin volvernos locos”, avisa Copa, que resume los puntos fuertes del rival y también los débiles, cómo atacar, cómo defender... “Si hay algo con lo que tenemos que tener cuidado es con las azules y la bola parada. Cuantas menos faltas, mejor”, advierte. Premonitorio o no, el Liceo acabó el partido con 14 faltas por solo siete del Reus.
El entrenador coruñés hace hincapié en Raúl Marín, máximo goleador de la OK Liga, y se dirige a Roberto Di Benedetto: “Roby, vas a ir con él. Cuidado cuando vaya por fuera porque va a buscar disparos”, lanza. “¿Si se abre Marín para el chut le subimos para que no reciba?”, pregunta Dava Torres.
El capitán y Àlex Rodríguez, ex del Reus, intervienen en la charla para comentar ciertos aspectos tácticos. Y el trabajo sobre la figura visitante dio sus frutos: Marín se fue de Riazor sin ver portería.
El primero en saltar a la pista es César Carballeira, el más maniático del vestuario. Le sigue Jordi Adroher, que empieza a calentar sin los patines. Àlex Rodríguez saluda a sus excompañeros y se para a hablar con Marín. También se acercan Carba, que militó en el Reus antes de volver al Liceo, y Adroher.
Los jugadores tienen diez minutos de rutina libre antes de que llegue Marc Godayol, preparador físico de la selección española y nueva incorporación en el cuerpo técnico del Liceo. “Llevaba tres años en el Vic y ya quería salir. Cuando me llamó el Liceo, un club histórico, no me lo pensé”, reconoce el preparador catalán de raíces gallegas.
Marc planifica unos 40-45 minutos de calentamiento de menos a más y con especial atención al trabajo para prevenir lesiones en las zonas más lesivas en el hockey: abductores, isquios, psoas...
Copa y Antón Boedo, segundo entrenador, dan un par de vueltas a la pista de atletismo. “Prefiero mantenerme al margen. Después de la charla poco más puedo decirle a los jugadores. Yo he estado ahí y sé que ya tienen la cabeza en el partido”, asume Juan, que vuelve una última vez al vestuario para desvelar el cinco inicial: “Carles, Cesi, Àlex, Roby y Adro”.
Faltan cinco minutos, miradas serias y de concentración. Dava forma un corro en el centro del vestuario y entona el grito de guerra: “¡Un, dos, tres... Liceo!”.