Otra semana que escribo antes de que se juegue el partido del Deportivo y que verá la luz cuando ya sepan el resultado contra el Sanse (de los Reyes). Y otra semana que me voy a lanzar a la piscina pensando que el resultado va a ser positivo. Yo creo que vamos a ganar. No sé si por la mínima o por más diferencia, pero sí que vamos a sumar los tres puntos. Y lo hago desde el convencimiento de que el buen juego suele traducirse en resultados positivos. Que puedes jugar bien y perder porque el rival también juega y ha tenido un pelín de suerte, como el Unionistas. O puedes ser superior y dejarte llevar al final y pagarlo, como el día del Logroñés. O puede pasar como la jornada anterior, que lo bordas, tienes infinitas ocasiones y, sin embargo, te pillan dos errores de bulto y te ganan. Pero eso no va a pasar siempre. El que juega bien suele ganar.
Ya tuvimos en el primer año del Super Depor, la temporada 92-93, (hace ya casi 30 años, madre mía…) una situación bastante similar, salvando las enormes diferencias de donde estábamos entonces y donde estamos ahora, obviamente. Llevábamos 4 victorias en los 4 primeros partidos y ya todo el mundo hablaba del Depor como el equipo revelación. Llegó el Real Madrid en la quinta jornada y con el 0-2 parecía que todo volvía donde siempre. Ganamos 3-2 y ya se hablaba del SuperDepor. Tras un traspiés ante el Tenerife donde el árbitro expulsó a Bebeto y a Djukic, llegó el Barça a Riazor y también caía. 6 victorias en 7 partidos y el Depor que era líder. Ya todo el mundo pensaba hasta donde podía llegar este equipo que ganaba y que jugaba de fábula.
Y entonces llegó el pequeño bache, si es que se le puede llamar así a un equipo que simplemente no quería pasar apuros en Primera. Empatamos en Burgos sin jugar nada bien, ganamos por la mínima al Sporting en casa, sacamos un empate sin muchas florituras en Albacete y a continuación perdemos en el Calderón ante el Atleti en aquel partido donde los de Canal Plus le pusieron un micro a aquel pintoresco árbitro llamado Pajares Paz. Una semana después no pasamos del empate a cero en Riazor ante el Valencia y el Deportivo que acaba en la cuarta plaza de la clasificación. Debió de ser la única vez en la vida en que la prensa deportiva madrileña y catalana se ponían de acuerdo: “el Depor se desinfla”, “el Madrid y el Barça vuelven a comandar la Liga”, “el Depor baja de la nube”... Se les notaba a todos que el Depor al principio les hacía gracia, pero que ahora ya les estaban tocando un poquito las narices “estos galleguitos”. Lo cierto es que el Depor pasó de ganar casi todo en las 7 primeras jornadas a sumar sólo un triunfo en las cinco siguientes. ¿Sucedió algo? ¿Se habló de crisis? Para nada. El equipo siguió a lo suyo, practicando el mismo juego que venía haciendo desde el primer día y que le había dado tan buenos resultados. ¿Y qué sucedió? Pues que los triunfos volvieron. Sumamos 6 triunfos consecutivos, encajando solo un gol y dando recitales como el 3-0 al Athletic, el 0-3 a Logroñés y Cádiz y otro 3-0 al Español con aquel histórico tercer gol de Bebeto. Como para olvidarlo.
Y ahora sólo espero que ayer hayamos ganado el encuentro y no me hagan quedar mal con este artículo. Ya era lo que me faltaba