En estos meses de verano se están celebrando muchas competiciones de traineras y concretamente en nuestra ciudad han tenido lugar recientemente las dos primeras jornadas de las Ligas Euskatren y Eusko Label. Con este motivo me vienen a la memoria los recuerdos juveniles de estas regatas en la bahía coruñesa. Esos recuerdos comienzan con los botes de remo que se alquilaban en la Dársena y con los que llegábamos hasta la playa del Parrote. Después está la costumbre de ver de cerca los prolegómenos de las regatas, desde la llegada de las traineras y su salida al agua en los varaderos de la Dársena, hasta su posterior regreso con los regatistas exhaustos por el esfuerzo realizado en los entrenamientos o en las propias regatas.
El remo se ha practicado desde muy antiguo en las principales ciudades del Cantábrico y en la mayoría de las pequeñas villas costeras de Galicia. Se trata de un deporte muy completo, pero también era una forma de competición que servía para rivalizar entre poblaciones. Desde finales del siglo XIX se celebraban en Galicia competiciones de traineras, trainerillas y bateles, sufragadas principalmente por cofradías de pescadores y clubes marítimos. Por lo que respeta a A Coruña, su auge comienza en 1941, cuando se organiza la I Copa del Generalísimo, disputada por equipos del Ejército y la Marina. A partir de esas fechas empiezan a formarse equipos en los barrios de pescadores de Santa Lucía, San Pedro de Visma, Las Jubias o San Amaro. Las embarcaciones tenían nombres tan coruñeses como la ‘María Pita’ de la Unión de Remeros de San Pedro de Vísma, la ‘Pardo Bazán’ de Las Jubias, o la ‘Teresa Herrera’ de Santa Lucía, y competían sobre la clásica distancia de tres millas con tres ciabogas.
En el año 1948 se celebra en nuestra ciudad un Campeonato de España con la participación de las traineras ‘Castilla’ de Pedreña, ‘Cabildo’ de Peñacastillo –ambas de Santander– y la ‘María Pita’ y la ‘Blanca’ coruñesas. La afición iba en aumento e incluso se organizaban quinielas oficiales en cada competición. En esos años se abre la participación a embarcaciones de otras localidades gallegas, como Moaña, Tirán, Corcubión, Mugardos o Sada. Pero la verdadera afición se la llevaban las traineras del Cantábrico: Castrourdiales, Kaiku, Pedreña, Pasajes, Castropol, etcétera, que siempre traían aficionados que le daban un colorido especial a la competición.
En 1965 se celebra la XXV Copa del Generalísimo y se hace coincidir con el Campeonato de España, prueba en la que intervienen las traineras ‘Guipuzcoa’ del Club Jaizkibel de San Sebastián, ‘Montañesa’ de Pedreña, ‘Virgen de Begoña’ de Sestao, ‘Asturias’ del Club del Mar de Castropol, ‘Virgen del Carmen’ de Meira-Moaña y la coruñesa ‘Ana María’ de Las Jubias. Así hasta los tiempos actuales con la celebración de la Bandeira Teresa Herrera.
Debo recordar a una persona que durante un cuarto de siglo organizó y dio impulso a este deporte. Me refiero a Ramón Antelo, presidente de la Federación Gallega con sede en nuestra ciudad en aquellos años. Junto a él puedo destacar a los patrones de las embarcaciones coruñesas de esa época: Chuco, Alejandro, Freire, Varela o Payón.
El último capítulo de esta pequeña historia le corresponde al Club de Regatas de Perillo, fundado en 1970, que con su escuela ha formado a muchos remeros que compiten en las diversas categorías masculinas y femeninas alcanzando triunfos como el subcampeonato de España de traineras del año 1997.