Lo mismo que todo el mundo se pregunta de dónde le viene a Jamaica ese potencial que en cada ocasión demuestra en el atletismo internacional, también los seguidores del deporte asisten perplejos a la exhibición que la representación de Eslovenia está ofreciendo en estos Juegos de Tokio. Un país tan pequeño (de escasos dos millones de habitantes) ofrece una cosecha de tan buenos resultados que el que más y el que menos se pregunta de dónde sale todo ese potencial deportivo que muestra este moderno estado europeo.
En una hipotética clasificación de países de más de un millón de habitantes es el que ofrece mayor porcentaje de deportistas olímpicos. Su delegación en Japón la constituyen 53 atletas que ya han ofrecido una estimable cosecha de dos medallas de oro, una de plata y otra de bronce, con posibilidad de ampliación en otros deportes. Los deportistas eslovenos demuestran que no son casualidad aquellas medallas en los recientes campeonatos de Europa y del mundo de baloncesto y balonmano. Son dos de los deportes más populares del país, junto con el inevitable fútbol. Y es que el deporte está muy arraigado en la población, hasta el punto que el Gobierno ha dedicado una fecha anual para conmemorar el ‘Día del Deporte Esloveno’.
Si hay que poner nombres a los deportistas internacionales, el más conocido y destacado es Luka Doncic, actualmente en la NBA y que está llevando al podio a su selección. Pero su popularidad está amenazada por dos ciclistas: Tadej Pogacar (reciente ganador del Tour y plata en Tokio en la carrera de fondo) y Primoz Roglic (oro en la contrarreloj olímpica y corredor de destacado historial). En este grupo hay que incluir a Jan Oblak, portero del Atlético de Madrid, al que mucha gente cree de nacionalidad croata y no eslovena, como realmente la tiene. Y a ellos añadimos a Benjamin Savsek, oro olímpico en piragüismo en aguas bravas, y la judoka Tina Trstenjak, plata en su categoría. Y alguno más que se vaya incorporando en estas últimas fechas.
Si hay que echar la vista atrás, los viejos aficionados del tenis se acordarán de Mima Jausovec, tres veces finalista de Roland Garros y ganadora de uno de ellos, así como otro de dobles. Fue, quizá, la primera eslovena célebre junto con el futbolista Branko Oblak.
Eslovenia parece estar regida con sentido común. Ocupa el duodécimo lugar del mundo en el Informe PISA de Educación y el cuarto de Europa. Tiene un índice de alfabetización del 99,6 por ciento, de los más altos del mundo, y un nivel de vida que supera la media con holgura. Y ese sentido común se ha trasladado también al deporte.