Los entrenamientos en Abegondo transcurran con continuas correcciones del preparador deportivista. Muy encima de los jugadores, matiza el posicionamiento de cada uno, da instrucciones y dialoga con ellos convenciéndoles de lo que quiere ver.
Tras el calentamiento, la plantilla se dividió en dos grupos en los campos de la Ciudad Deportiva de Abegondo. Para unos, fútbol en espacio reducido; para los otros, un circuito físico orientado al trabajo de fuerza. Fueron alternando. Después, un ejercicio táctico y un partido a mitad de campo para completar la jornada de trabajo.
Los deportivistas incidieron en trabajar las diagonales y el técnico aleccionó tanto a los extremos y atacantes a la hora de buscar vías de penetración en el área, como a los defensas para contrarrestarles. “Tocar, tocar”, les insistía el míster a los zagueros.
Para los hombres de ataque, la instrucción fue otra. “Andando no vamos a hacer gol en la vida. Hay que cambiar la velocidad”, les sugirió el preparador blanquiazul.