¿Qué hay que hacer para eliminar al Deportivo? Parece imposible. Ni siquiera un Real Madrid cargado de promesas talentosas o los momentos de debilidad defensiva. Aunque el partido de ayer hubiese durado tres horas, el Depor seguiría resistiendo y agarrándose con uñas y dientes a uno de los pocos momentos de lucidez en el área contraria en todo el encuentro. Fue por 0-1 y en una acción a balón parado, como le gustaba ganar a Óscar Gilsanz cuando dirigía al Villalbés en Tercera División. Uno de sus objetivos como entrenador es construir equipos competitivos. En este caso, sin duda, lo ha conseguido.
¿Cómo no va a imponer el Real Madrid? ¿Cómo no va a tener momentos de asedio? El Deportivo no buscaba tener más posesión que su rival de ayer, su misión, además de la obvia –dejar la portería a cero– era reducir al máximo los espacios entre líneas, esos en los que florecen cracks como David González y Bruno para desarmar defensas con pases entre líneas, con conducciones que desajustan. Si tener más tiempo la pelota que el Madrid era prácticamente imposible, tener más ocasiones, también. El Depor debía seleccionar a la perfección cuándo y cómo contraatacar para hacer daño y, sobre todo, para que la escuadra madrileña no se aprovechase de una pérdida.
Ni plantó a sus jugadores de campo en la frontal de su área ni renunció al balón. El Deportivo fue un equipo de momentos, de buena lectura de partido, de entender cuándo podía y cuándo no.
En los primeros minutos, el Real Madrid tiró a puerta tres veces consecutivas, pero sin enseñar los dientes. Sí lo hizo tras el ‘cooling break’. En su primera gran ocasión (35), Peter descosió a Guille y sacó un centro tenso con la derecha que, milagrosamente, Fito consiguió desviar sin mandar el balón hacia su portería. Dos minutos después, Salazar encontró la espalda de Barcia y sacó un trallazo al que respondió Brais con su primer paradón.
El Deportivo no llegaba a concretar sus llegadas al área contraria con remates a puerta, pero sí provocaba sensación de peligro cuando los madridistas se veían obligados a correr hacia su área. Trilli (14) anticipó a Retu cerca de la medular pero ya en campo contrario y avanzó hasta precipitarse en un centro pasado al que no llegó Mella. Noel dio un nivel altísimo en la primera mitad y en una gran conducción por dentro (25) filtró un gran pase entre central y lateral izquierdo del Real Madrid; Víctor atacó ese espacio y centró raso para Nájera, que estaba en el área pero no consiguió rematar. No hubo más peligro hasta los minutos mágicos: el 43 y el 44.
El 0-1 fue un golazo: por cómo ejecutó Víctor, impreciso en sus tres primeros saques, por cómo entendió Mario que tenía que prolongar ante la tentación de un remate forzado y por cómo cabeceó Fito en el segundo palo. Pero también por cómo se originó el saque de esquina. Fue una jugada perfecta por la banda derecha en la que Trilli leyó la ruptura de Nájera, en la que Nájera sabía dónde estaba Noel para dar el pase al primer toque y en la que Noel amenazó a Lucas Cañizares, que no se complicó desviando la pelota por la línea de fondo. No tenía ni idea de las consecuencias. El tanto fue de Fito, pero lo más justo sería decir que en él intervinieron hasta seis futbolistas. Lo más honrado, sería decir que lo marcaron los once que estaban en el campo, los restantes del banquillo y los miembros del cuerpo técnico. Esas jugadas no tienen éxito sin una preparación previa.
El Deportivo estaba mentalizado para sufrir con el empate, para sufrir aún más –dando un pase adelante– si el Real Madrid se adelantaba a sabiendas de lo que podía suceder en su espalda y también para sufrir si tenía ventaja en el marcador. De los tres, el último es el sufrimiento más grato. Sin variar absolutamente nada el plan de partido –el Depor terminó con el mismo dibujo y el mismo posicionamiento con el que empezó– dio una lección de madurez hasta conseguir apagar a un Real Madrid que tendrá pesadillas con Brais.
El Madrid, que hizo más daño a Guille que a Trilli, a Barcia que a Fito, trenzó un jugadón (50) en el sector izquierdo de la defensa blanquiazul que terminó con un pase de David y un cañonazo raso de Bruno pegado al palo. El brazo de Brais se hizo de hierro para mandar la bola a córner.
Fue tan constante, tan disciplinado y tan sacrificado el Depor en su idea que obligó a un Madrid incapaz a
improvisar, a dejar de elaborar, a buscar el empate con disparos desde lejos sin mayor peligro, a situar a un central de delantero, a intentarlo únicamente con envíos laterales. Los ‘nenos’ de oro, que ya piensan en la final contra el Barça, han dado una lección.
0 - Real Madrid: Lucas Cañizares; Javi Rueda (Loren, min.59), Carrilo, Rafa Marín, Retu; David, Romera (Gudjohnsen, min.85), Bruno (Manuel Ángel, min.85); Peter (Llario, min.95), Salazar, Aranda (Theo Zidane, min.59).
1 - Deportivo: Brais; Trilli, Fito, Dani Barcia, Guille Bueno; Brais Val, Mario (Raúl, min.80); Víctor, Nájera, Mella (Padín, min.80); Noel (Do Carmo, min.85).
Gol: 0-1, min.44: Fito.
Árbitro: Domínguez Cervantes (Andalucía). Amonestó a Brais Val (57), del Deportivo.