Carlos Arévalo López (Betanzos, 6 de diciembre de 1993) no pudo competir en los Juegos de Río 2016, formando pareja con el viveirense Cristian Toro, al quedarse fuera en el selectivo de la RFEP. Un palo que le hizo pensar en dejarlo.
Unos meses después, decidía unirse al ejército (está destinado en el Regimiento de Infantería Príncipe Nº 3, ubicado en Oviedo) porque “estaba un poco perdido”, y hace dos entró a formar parte del K4 500, junto con Marcus Cooper, el cangués Rodrigo Germade y el mencionado Craviotto, ocupando el lugar de... Toro.
El Ejército y su disciplina, admite, salvaron al soldado Arévalo. Desde entonces, su carrera deportiva ha dado el giro que necesitaba. Medalla de plata en el Mundial 2019 en K4 y billete para Tokio, de momento en K1 200, prueba en la que dominó todas las regatas del selectivo.
¿Te has sacado un peso de encima con el desenlace del selectivo?
Sí. Todos los años hay que hacer selectivos. La verdad es que este año me encontré en una forma excepcional. Estuve muy contento con los entrenamientos previos a la competición, y en ella quedó reflejado mi estado de forma.
De Río 2016 te alejó el selectivo. ¿Fue una decisión técnica o la dictó el agua?
Lo decidieron el agua y el cronómetro, por supuesto. Hicieron mejor tiempo que yo y quedé fuera. Nada más.
Cuatro meses por delante hasta Tokio. Además de la Copa del Mundo, en mayo, ¿qué otras actividades hay en tu calendario?
En principio solo la Copa del Mundo. No sé si participaremos en la Copa de España, donde iría con el club y solo competiría en K1.
En la Copa del Mundo, que albergará Szeged (Hungría), el K4 500 elegido tras el controvertido selectivo en Trasona (Asturias) deberá refrendar una plaza olímpica que prácticamente se da por sentada.
¿Qué tiene que hacer el K4 en Szeged para certifificar el pasaporte para los Juegos?
Un buen resultado y acreditar lo que hemos demostrado estos días nos hace competitivos de cara a Tokio. Será un control de calidad y una decisión técnica de la Federación. Hay que demostrar que se está en buena forma. Todos los barcos, tantos individuales como colectivos, tienen que pasar este control.
Para un deportista con billete olímpico el mayor miedo en los meses previos son las lesiones. Y ahora tenemos un virus. ¿Puede influir, aunque solo sea a nivel mental, en el desarrollo de la preparación?
La verdad es que no pienso en miedos sino en conseguir mi máximo estado de forma. La cosa es cuidarse y hacer bien los entrenamientos.
No puedo estar pendiente del virus todo el rato porque sería un sinvivir. Es evidente que depende de la personalidad de cada uno. Yo, como soy una persona que cuando me centro en algo no dejo que me influyan las cosas de alrededor, el tema del coronavirus intento apartarlo lo máximo posible; espero que las cosas en Japón sigan para adelante, y yo creo que va a ser así.
Estamos conviviendo con la pandemia día a día. La vida que llevamos es entrenamiento-casa-entrenamiento-casa... Solo estoy con mis compañeros y con mi novia, así que muy complicado tendría que ser para poder contagiarnos.
En las últimas semanas se ha especulado con la posibilidad de una nueva cancelación. ¿Sigues a fondo la actualidad de la pandemia?
Las últimas declaraciones desde Japón lo que dicen es que las Olimpiadas se van a hacer, lo único que serán solo con público local. El Comité Olímpico Español nos dice que esto va para adelante, que no hay niguna clase de problema y que lo único que queda por ver es cómo se van a hacer las cosas en Tokio. Confío plenamente en lo que nos dice el COE.
¿Estás vacunado? ¿Os han dicho si os vacunarán antes de viajar a los Juegos?
De momento, no. No nos han dicho nada, imagino que cundo Sanidad y Deporte lo consideren oportuno, nos vacunarán, aunque no sabe, se está debatiendo aún, si viajaremos a Japón vacunados.
El calendario de Tokio dice que vas a competir cuatro días seguidos. ¿Habrías preferido tener descanso entre el K1 (4 y 5 de agosto) y el K4 (6 y 7)?
Prefiero los cuatro días seguidos porque así ya entro en competición el primer día, y luego mantener la forma para mí es más fácil sin un parón. En piragüismo cuesta mucho mantener la mejor forma durante muchos días, por eso siempre está bien competir lo más seguido posible.
¿Es pronto para hablar de rivales, favoritos y opciones de medalla?
En K4, siempre los más potentes en los ciclos olímpicos son Alemania, después España y a continuación, hasta el quinto puesto, suele estar bastante igualado. El objetivo es luchar por una medalla y los alemanes son los rivales a batir.
En el K1 es más difícil aventurarse. Podemos entrar cinco, seis, siete barcos en medio segundo, entonces es más como una lotería.
Tus primeros Juegos te llegan con 27 años. En otros deportes se suele hablar de los 27-28 como la edad ideal, la de la madurez absoluta. ¿Sucede también el piragüismo?
Sí, también a esa edad, aunque el piragüismo lo bueno que tiene es que se aguanta bastantes años. Es un deporte agradecido con la edad. Mira Craviotto, que me lleva nueve años y sigue en un estado de forma brutal. Yo sigo pensando en París, que faltan tres años, toco madera, y en seguir peleando por más medallas.