Javier Vega Merayo (Leganés, Madrid, 1998) vistió durante tres temporadas la camiseta del Leyma Básquet Coruña (2020-2023) y llegó a ser el capitán del equipo. Se fue un año antes del histórico ascenso a la ACB, aunque él quería continuar. Caprichos del destino: eligió Lleida, el otro equipo que subió la pasada campaña a la máxima categoría y que este domingo recibe al Leyma en Barris Nord (17.00 horas, Movistar+Deportes).
Javi Vega, que ahora milita en el Grupo Alega Cantabria de Primera FEB (la antigua LEB Oro) y precisamente este domingo visita Santiago de Compostela para medirse al Obradoiro, echa de menos A Coruña. Pese a una salida inesperada y dolorosa, guarda muy buenos recuerdos y amigos en nuestra ciudad y espera volver pronto de turismo gastronómico.
Tres temporadas en el Leyma Básquet Coruña y una en el Força Lleida, ¿con quién va?
Con los dos y con ninguno (risas). Guardo un muy buen recuerdo de los dos: en A Coruña estuve más tiempo y le cogí mucho cariño a la ciudad y el club, pero Lleida lo tengo más reciente y fue una temporada muy bonita con el ascenso. Estoy en el medio de los dos. Disfrutaré del partido y que gane el mejor.
El partido empieza a las 17.00, una hora antes que el Obradoiro-Cantabria de Primera FEB. ¿Sigue tanto la ACB como para verlo repetido?
Suelo mirar a ver cómo les ha ido a mis amigos o exequipos en cuanto terminan. Me pondré un resumen después y si es un partidazo a lo mejor lo veo entero, pero ya me llega con nuestra liga (risas). Como tengo cinco horas de bus, igual lo puedo ver tranquilamente.
Vuelve a Galicia una vez más, un lugar especial.
Desde que dejé A Coruña ya he vuelto más veces, tanto para hacer el Camino de Santiago como para jugar. Siempre es especial porque tengo gente en A Coruña y alguien vendrá a verme, Santiago está cerquita. Galicia me recuerda mucho a cuando era más pequeño y pasaba allí mis veranos. Fueron muchos años y otros tantos jugando… Muchos recuerdos.
Resuma sus tres temporadas en el Leyma.
Fueron años bonitos, muy a gusto en lo personal y en lo deportivo. En su momento hicimos las mejores temporadas en el club y sentamos las bases para el ascenso que consiguió el grupo del año pasado. Creo que ayudé a acercar al equipo a su objetivo.
Fueron años muy bonitos, muy a gusto en lo personal y lo deportivo
¿Cuáles son sus mejores recuerdos?
Partidos en particular, ninguno, pero fueron tres años bastantes estables y cómodos, sin picos malos ni buenos. Y eso siempre es muy buena noticia.
¿Y los peores?
A nivel deportivo, obviamente las eliminaciones en playoffs. La de Granada me dolió mucho porque perdimos una buena oportunidad, estuvimos muy cerca de jugar la final contra el Breogán, pero tuvimos mala suerte porque ese año solo ascendía uno. En la de Girona no tuvimos opciones y a la de Gipuzkoa llegamos mermados, yo por lo menos estaba lesionado, y nos tenían tomada la medida, era nuestra némesis. Fue un poco de impotencia.
¿Y su despedida del club?
A nivel personal, es evidentemente mi peor recuerdo. Si en Lleida me comunicaron rápido y de forma honesta que no me iban a renovar, a los 2-3 días de terminar la temporada, en A Coruña me marearon bastante. Después de tres años allí, sabiendo tenía piso alquilado y que mi idea era seguir, hubiese agradecido un poco más de sinceridad, pero son cosas del negocio que entiendo perfectamente y a nivel personal no guardo ningún rencor.
¿Esperaba la renovación?
Al principio me transmitieron que contaban conmigo a través de mi representante. Incluso en un torneo 3x3 que se hizo en A Coruña me encontré a parte de la directiva cuando estábamos en negociaciones y todo súper bien. Me dijeron que lo estaban mirando y no me preocupase… Sé que Epi luchó por mi renovación, pero se alargó tanto que a mitad de julio les tuve que decir que si no me pasaban la oferta tendría que buscarme equipo. Entonces me dijeron que saliese al mercado porque tenían la plantilla prácticamente cerrada y con dos ‘cuatros’. Hubo un intento más por parte de Epi, pero ya era hacerme un hueco por cariño, sin rol ni minutos. Pasé un mesecillo chungo pensando a ver dónde iba, pero tuve suerte de que me salió rápido lo de Lleida.
Pasé un mesecillo chungo pensando a ver dónde iba
Y esa misma temporada ascendieron juntos a la ACB.
El tiempo nos dio la razón, fue la mejor decisión y salimos todos contentos, cada uno por su camino. En mi caso fue toda una sorpresa: si es cierto que el objetivo era estar en los playoffs, pero la LEB Oro había subido un poco de nivel, en Lleida se había ido gente como Juani Marcos y Michael Carrera y parecía un año un poco más difícil que los anteriores. Pero hicimos buen grupo, tuvimos la suerte de fichar a Cameron Krutwig después de una lesión y nos cambió todo, salió un temporadón y terminamos subiendo.
El Leyma renovó a ocho jugadores de la plantilla que logró el ascenso y en la del Lleida solo sobreviven dos.
Es una vía muy diferente de llegar a la ACB. Epi, al que conozco bien, es muy de dar continuidad al grupo. El año del ascenso con Burgos cambió solo dos o tres piezas y en A Coruña, más de lo mismo: han fichado prácticamente un quinteto nuevo, pero mantiene el bloque del ascenso y eso le da ventaja a nivel de química y conocimiento de juego. La otra cara de la moneda es Lleida: el año pasado ya éramos todos nuevos, podían haber mantenido el grupo, pero tenían claro que la ACB es una liga mucho más física, que requiere más experiencia de la plantilla y apostaron por ello. Yo me lo veía venir y es respetable.
¿Ha perdido la esperanza de volver a jugar en la ACB?
El año pasado ya era consciente. Y si se me abriese la posibilidad, sería con un rol de cupo, jugando pocos minutos, en uno de cada tres partidos, cuando el equipo estuviese 15 puntos abajo... La liga está dura, ya tengo 36 años y hay que ser realistas. Sería un año de disfrutar a nivel personal, pero muy poco a nivel deportivo y no sé si yo mismo querría.
Un rol menor y de jugador nacional es el que tiene Álex Hernández en A Coruña. Desde fuera es complicado de entender.
Álex, y más con su forma de ser, aporta un montón. Aunque no juegue durante un mes, cuando salga va a cumplir haciendo lo mejor para el grupo. Es un trabajador nato, que se cuida, muy metódico y constante. Es un jugador para tenerlo siempre en el equipo. A mí se me harían muy duros casi tres años sin jugar. Pero seguro que él está muy feliz y estable en A Coruña.
Cada vez hay menos oportunidades y españoles en la ACB
Cada vez hay menos oportunidades para los españoles.
Con el cambio de los cupos, ahora los jugadores no tienen porque ser españoles. Con que tenga cupo de formación y llegue aquí antes de los 17 años, ya cuenta. Si antes solo podías tirar de nacionales, ahora puedes fichar a un jugador de cualquier parte del mundo prácticamente formado, que tenga 16 años, y ponerlo a jugar con 20. Es cierto que las oportunidades tienen que ser para todos igual, pero en otras ligas se protege más a los jugadores locales y creo que en España sería importante proteger al jugador de aquí porque es el futuro de la selección. Es una pena: cada vez hay menos oportunidades y menos españoles en la ACB.
¿Qué le ha parecido la irrupción del Leyma en la élite?
Me ha sorprendido bastante porque el cambio es duro al principio. Yo lo viví con Burgos y en las primeras jornadas te pueden meter una paliza que otra porque todavía no estás adaptado, pero el Básquet Coruña ha acertado con los fichajes y está compitiendo muy bien en casi todos los partidos y, sobre todo por cómo empezaron ganándole al Real Madrid en casa.
¿Dónde le cogió la histórica victoria contra el campeón?
No sé si me pilló jugando o cenando con el equipo después de un partido. Lo vi más tarde. Fue una locura, sobre todo el triple de Barrueta. Me puse muy contento por todos. Es algo histórico.
Ganarle al Real Madrid en casa fue una locura
¿Cómo valora la respuesta de la marea naranja?
Yo siempre lo dije: veía muchas similitudes con Burgos. Si bien allí metían ya más gente en el pabellón cuando jugaban en la LEB Oro, el potencial en A Coruña estaba ahí. Lo que me sorprendió fue el final de la temporada pasada, cuando empezaron a llenar Riazor en cada partido. Me alegré un montón, sobre todo por la gente como Gabriel (Berrallouco), que estuvo siempre moviendo gente en los momentos menos bonitos. No deja de sorprender que llenen el Coliseum en cada partido, pero en A Coruña y Galicia gusta el baloncesto. Todavía no se había formado ese sentimiento, pero el ascenso es algo que impulsa y engancha a la afición.
¿Qué es lo que más echa de menos de A Coruña?
Echo de menos la tranquilidad que se respira en la ciudad. Hay una calidad de vida brutal. Bajaba cada día desde el Monte San Pedro por la costa hasta el pabellón, me tomaba el café al lado del mar antes de entrenar y después el pincho de tortilla en el 57 o en el Rompeolas... Aquí en Cantabria se come muy bien, pero como en Galicia...
¿Qué es lo que no puede faltar cuando vuelve?
Dar paseos por el Monte San Pedro me trae muchos recuerdos, pero si fuese dos días quedaría para ver a la gente que tengo por allí y me pondría fino a comer: un pulpo, una mariscada...
Un proyecto modesto y una retirada a la vista |
Javi Vega firmó el pasado verano por el Grupo Alega Cantabria de Torrelavega, un club pequeño y un proyecto joven y humilde en la LEB Oro. A los 37 años, el fuenlabreño nacido en Leganés reconoce que no le queda mucho en el baloncesto y prepara su futuro profesional.
¿Qué tal en Cantabria? Adaptándome todavía. Es un cambio de aires. Tiene esa parte bonita de ayudar a crecer a un club más humilde y menos rodado, con solo tres años en LEB Oro. Es otro tipo de temporada, más dura, en la que los objetivos no son de estar arriba y tan bonitos. Estamos más en el barro, pero se disfruta luchando, estés donde estés. A veces, salvarse se celebra más que meterse entre los ocho primeros.
Cumple 37 años en enero, ¿hasta cuándo Javi Vega como jugador? Físicamente estoy bien y sigo teniendo ilusión. Uno o dos años más seguiré jugando seguro. Dependerá del mercado, de las ganas que tenga en el momento, de mi situación personal… A lo mejor pruebo en una liga menor del extranjero para vivir la experiencia…
¿Ya prepara su futuro laboral? Me he ido formando para echar una mano en la empresa de un excompañero. También me estoy sacando los títulos de entrenador: ya sea como el nuevo Obradovic o con unos peques, me gustaría seguir vinculado al baloncesto. Voy dándole un poco de forma. |