El RC Deportivo ha dejado de depender de sí mismo para acceder a la promoción de ascenso después de haber encajado la octava derrota de la temporada en su visita al Lugo en el derbi gallego (1-0) y, además, matemáticamente se ha quedado ya sin posibilidades de acabar en ascenso directo.
A tres jornadas para el final del campeonato, los coruñeses tienen 61 puntos y es imposible que alcancen ya al segundo, objetivo al que aspiraban esta temporada en la categoría de plata.
A los blanquiazules les queda el plan B, la vía de la promoción de ascenso, para volver a Primera División, pero no está solo en su mano.
El Depor se encuentra a dos puntos de la sexta plaza y tendrá que mirar a otros campos para jugar el playoff.
El equipo que ahora entrena José Luis Martí desperdició en Lugo la posibilidad de superar al Cádiz en la clasificación y volver a la zona que permite luchar por subir a Primera.
Ese traspié le obliga prácticamente a firmar un pleno de triunfos en las tres últimas jornadas, algo que no ha podido hacer en los 39 partidos anteriores, en los que, como mucho, fue capaz de enlazar dos victorias.
Los coruñeses siguen estando cerca de la promoción de ascenso, a un triunfo, pero ya no dependen de sí mismos.
No tendrían que mirar a otros campos si hubieran ganado en el Anxo Carro, ya que ahora serían sextos y, además, tendrían a tiro a su próximo rival, el Mallorca, que se encuentra ya a seis puntos.
De los tres partidos que quedan, dos son en Riazor, ante los baleares el lunes de la próxima semana y frente al Córdoba en la última jornada, y otro, a domicilio, en Elche.
Para tener opciones de acabar entre los seis primeros clasificados, el Deportivo necesita reencontrarse con la victoria en casa, donde no se impone desde que superó al Albacete el 20 de enero.
Ese ha sido el único triunfo de los coruñeses delante de su público en 2019 y ya son ocho los partidos seguidos que acumulan sin ganar en casa.