“Esto es gravísimo, gravísimo, gravísimo...”. Abel Caballero, alcalde de Vigo, encontró este lunes el contexto deseado para sacar su mejor vena interpretativa y teatralizó su indignación con su silueta sobre una imagen del estadio de Balaídos en la que no se apreciaba la obra incompleta del estadio, iniciada hace ahora diez años. Caballero blandía un ejemplar en papel del diario El Mundo en el que se afirmaba que la Federación Española de Fútbol “alteró” la puntuación de las sedes del Mundial 2030. En la información del diario madrileño se habla claramente de “manipulación” y se publican dos estadillos. En el primero Balaídos supera a Anoeta. En el segundo, San Sebastián supera a Vigo. No es el único cambio de posición: La Rosaleda pierde un puesto en beneficio de Cornellá-El Prat y El Molinón cae a favor de Nueva Condomina, ambos en todo caso fuera de las once elegidas. La RFEF aseguró durante el proceso que se afinaron criterios de acuerdo con lo establecido por la FIFA.
Pero Vigo y San Sebastián estaban en la frontera entre ser sede o no, un ránking en el que no se discute a Riazor, décima clasificada por más que en las puntuaciones finales de la FIFA hubiese interesados en reseñar que A Coruña tenía la peor puntuación. En un escenario en el que decide el organismo internacional, esa primera calificación doméstica pone en relieve las discrepancias entre RFEF y Consejo Superior de Deportes. Este último organismo, controlado por el Gobierno, quería darle más valor a las sedes que estuviesen cerca de la frontera de los otros países organizadores, criterio que solo favorecería a Vigo. Riazor y A Coruña nunca estuvieron en discusión tal y como explicó este diario el pasado 16 de enero cuando tituló una información: “La sede para el Mundial 2030 que flaquea no es A Coruña, sino San Sebastián”. La FIFA tiene dudas sobre aspectos como el transporte público o el alojamiento.
El Gobierno forzó antes la máquina para incluir a Vigo como ciudad mundialista, idea que obviamente apoyaba Rafael Louzán, que hasta mediados de diciembre presidía la Federación Gallega de Fútbol y después la española. El dirigente pontevedrés siempre apostó por 13 sedes e integrar a Vigo y Valencia en el Mundial. Así que la filtración a la prensa de las dos primeras clasificaciones de las cinco efectuadas, y cerradas a la postre por unanimidad y con la firma de los representantes gubernamentales en la comisión, ha sido un regalo para casi todos, incluso para Louzán por más que Caballero apunte a él como una especie de mano negra que perjudicó a Vigo. “Hoy sabemos que hubo un primero listado que salió del comité técnico evaluador -de las sedes del Mundial de Fútbol 2030- y un segundo que fue lo que se hizo público pero nadie nos dijo quien lo hizo. ¿Se reunió el comité técnico para valorarlo? ¿Quién tomó la decisión de cambiar los criterios del comité técnico y por que? ¿Cuáles fueron las causas y los motivos que avalaban el cambio de criterios? ¿Que se pretendía con el cambio y por que no se hizo público? ¿Quien tomó estas decisiones?”, se pregunta Abel Caballero.
Los listados publicados por El Mundo, explica el periódico, se elaboraron los días 25 y 27 de junio. DXT Campeón informó el 26 de junio de que A Coruña estaba entre las sedes elegidas y que Vigo, que había recibido una puntuación inferior a la de la capital herculina, disputaba ese estatus con San Sebastián. Con todo, fuentes consultadas por DXT Campeón apuntan como tras esas fechas se actualizó esa clasificación hasta tres veces más a través de visitas y evaluaciones a cada sede. A mediados de julio, y tras diversas presiones tanto de Vigo como de Valencia, la comisión técnica de la RFEF eligió once sedes y a finales de noviembre la FIFA, organizadora del Mundial, hizo público el informe en el que detallaba las calificaciones de las ciudades elegidas.
“Las explicaciones, que creo que hay que darlas, tendrán que darlas los responsables de hacer esa valoración. Si hubo cambio o no hubo cambio”, gallegueó Alfonso Rueda, presidente de la Xunta cuando le preguntaron por la información publicada por El Mundo. “Poco mas puedo decir”, concluyó antes de dejar clara la disposición del gobierno autonómico por colaborar en la financiación con aquellas ciudades gallegas que fueran seleccionadas como sedes. En eso anda enfrascada A Coruña, que ha avanzado en un acuerdo con OVG, una compañía norteamericana especializada en desarrollo y gestión de estadios, pero que también trabaja en otras alternativas en el supuesto de que algún palo en la rueda acabe por frenar ese primer contacto.
"Hoxe quedou claro que Vigo nunca chegou a competir coa Coruña por ser sede do Mundial", valora el edil coruñés Gonzalo Castro en una publicación en redes sociales. Y es que, en definitiva, todas las informaciones más o menos sesgadas que se van sucediendo no hacen otra cosa que poner en valor el trabajo de años para que la ciudad sea bimundialista en 2030. También son, obviamente, una alerta para tomar decisiones inmediatas y comenzar a licitar un proyecto que en otras ciudades ya tienen en marcha las obras. No es el caso de Vigo, donde empezaron a remodelar el estadio en 2015 y, si todo va según los últimos planes, acabarán en 2027 para conformar un aforo de 28.000 espectadores. Así que si la ciudad acaba por entrar como sede tendría que acometer una nueva obra para elevar el aforo hasta los 40.000 exigidos para albergar el Mundial.