Fue la única temporada en la que dos equipos gallegos jugaron la Champions. Al Celta le eliminó el Arsenal en octavos, el Deportivo cayó en semifinales y menos de dos semanas después de aquella decepción recibió al eterno rival en Riazor. Los vigueses estaban en problemas. Enfrascados en Europa, se había olvidado de lo cotidiano y cayeron a puestos de descenso en la Liga. Faltaba Karpin, que no era poca cosa sino el mejor futbolista del equipo. Se fue tarifando a la Real Sociedad.
A aquella altura de mayo de 2004 Horacio Gómez había liquidado a Lotina y a Antic. En el banquillo se sentaba Félix Carnero y el equipo se había conjurado para evitar la caída: tres victorias en cuatro jornadas, la última contra el Barcelona. Pero de Riazor salió virtualmente descendido y una semana después consumó el desastre mientras el Dépor se aseguraba una nueva participación en la Champions. La debacle (3-0) del Celta se forjó con tres goles en 25 minutos y una sensación de impotencia que acalló las voces de su afición, que había empezado la tarde con irónicos gritos de “Oporto, Oporto”. Este fue el once que posó antes del partido:
1. ‘Toto’ Berizzo. Aquel partido lo acabó expulsado tras una dura entrada a Munitis. En Vigo fue jugador y entrenador. Dejó un sello de solvencia. Ahora prepara al líder de la liga mexicana, el León, que acaba de incorporar a James Rodríguez.
2. Alexander Mostovoi. Ese derbi en Riazor fue el último partido del Zar como jugador del Celta, donde pasó ocho temporadas. Para entonces ya nada se sabía de la estatua cuyo molde había llegado a elegir en 2001 y que se sufragaba por cuestación popular de cuatro millones de pesetas (unos 24.000 euros). Le dijeron que debía irse a Goián para posar varias veces para el escultor y contestó: “Qué le voy a hacer, si quiero una estatua tendré que pasar por eso”. Tiempo después le preguntaron en Rusia por ese episodio y espetó lo que sentía en sus últimos días en el club. “Cuando estás jugando bien, de puta madre, todo el mundo te quiere. Lo de la estatua fue en 2001, pero en 2003-04 cuando empezaron los problemas, la gente se olvidó”. Hoy vive entre Moscú, donde se ha ganado fama como comentarista, y Marbella. Apenas pisó Vigo en las dos últimas décadas.
3. Pablo Cavallero. Venía de ser el meta titular de Argentina en el Mundial 2002 y de cometer groseros errores en el duelo de la primera vuelta, el 0-5 en Balaídos. Tras el descenso se fue al Levante, donde firmó un ascenso a Primera. Vive en su país, donde ejerció como director deportivo en Velez e Independiente y protagonizó algún sainete como la confiscación de un Ferrari que se trajo de España sin permiso para conducir en Sudamérica
4. Sebastián Méndez. Le llaman el Gallego. Su padre, panadero, era de A Fonsagrada, su madre de Carballo. Maradona, con el que acabó trabajando en Gimnasia y Esgrima, dijo de él que fue el mejor defensa que vio jamás, pero por Vigo pasó de puntillas. Le da vuelo a una carrera como técnico en Argentina a pesar de no lograr acomodarse en un mismo club. El último fue Newell’s, del que salió en septiembre.
5. Peter Luccin. Otro que se marchó tras el descenso y otro que se hizo entrenador. Centrocampista francés de toque y no mucho aliento. Se fue al Atlético y pasó por Zaragoza y Santander. Se retiró en Dallas en 2014, donde ha trabajado en varias etapas como técnico.
6. Savo Milosevic. Marcó 14 goles aquella temporada, la única que estuvo en el Celta. Se fue a Osasuna antes de retirarse en el Rubin Kazan. En la actualidad es entrenador en Irán.
7. Everton Giovanella. Riazor nunca le echó en cara aquel fortuito lance que había lesionado a Manuel Pablo. En 2004 ya no era un habitual titular ni tampoco lo fue los dos cursos siguientes, antes de dejar el equipo. Regresó al sur de Brasil, donde ejerce como directivo en el Lajeadense, el equipo en el que se formó.
8. Borja Oubiña. Fue el primer derbi del emblema del equipo en la reconstrucción. Había subido del filial en mitad de la temporada con sus características de construcción y criterio por delante de la zaga. Una grave lesión cercenó su progresión, pero regresó para pilotar el ascenso del equipo en 2012 a rebufo del Dépor y darse el gustazo de colgar las botas como un futbolista de Primera
9. Edú. Mediapunta con mucho gol que también emigró tras la debacle para jugar cinco excelentes temporadas en el Betis. “La gente me llamó pesetero, pero en realidad el club quería hacer caja conmigo”, recuerda ahora con amargor. Ahora es agente de futbolistas en Brasil.
10. Juan Velasco. Lateral derecho que llegó a la selección. También dejó el equipo: se marchó al Atlético. Se hizo entrenador, pero sin mucha fortuna. Su último club fue el Inter andorrano hace tres años.
11. Sylvinho. El actual seleccionador de Albania se fue tras el descenso al Barcelona, de donde se despidió en 2009 con una titularidad en la final de la Champions.