En la desesperada carrera por llegar a los 51 puntos que, en teoría, valen la permanencia en Segunda División los equipos se manejan a diversas velocidades. Hace medio mes el Burgos estaba próximo al abismo tras una cruel derrota en Castellón. Desde entonces ganó tres partidos por uno a cero y este viernes se soltó la melena para marcarle al Almería tres goles (no lo hacía desde la primera jornada al… Cartagena). Ya está a seis puntos de la meta con treinta por jugar. A uno del Burgos, y por tanto a uno del sosiego, puede situarse el Deportivo si vence al colista en Riazor, algo que no parecería una tarea hercúlea si no fuese por la deriva en casa de un equipo que apenas ha sumado 18 de los 45 puntos que se pusieron en juego en su feudo. El Cartagena es el decimosexto equipo que visita el municipal coruñés, donde este curso apenas han caído Racing de Ferrol, Eibar, Castellón y Almería.
Y sin embargo la oportunidad está ahí, en la mano de este equipo irregular que, con todo, semeja en buena dinámica, la que muestra que solo ha perdido uno de los últimos ocho partidos. En clave deportivista cabe confiar en ello, también en la demolición que sufre el rival, que solo ha marcado en dos de sus últimos nueve encuentros, todos acabados en derrota. Apenas hubo un colista con menos puntos desde que juegan 22 equipos en esta selva de plata, el Sevilla Atlético de 2009. Casi en esa profundidad se sitúa este Cartagena que no logra asentarse en la categoría, recuperada en el extraño verano de 2020 con Borja Jiménez a los mandos. En su quinta temporada consecutiva se va a ir al pozo que tan bien conoce el Deportivo y del que huye como de la peste.
Con seis futbolistas del filial en la expedición del rival, con varios futbolistas entre algodones, un sancionado (Sergio Guerrero), tres lesionados (Jorge Moreno, Gastón Valles y Luis Muñoz) y cinco convocados por diversas selecciones (Cuñat, Sipcic, Vukcevic, Machín y Rafa Núñez) que no estarán en Riazor, la ocasión la pintan calva para el Deportivo, que mantiene además a Yeremay y Mella, de los que en el club temían algún tipo de convocatoria de la Roja y más en un contexto en el que Santi Denia ha liberado futbolistas en las últimas horas y llamado refuerzos. Los dos puñales blanquiazules estarán sobre el césped, en un ataque en el que no esperan modificaciones. Más dudas hay en la medular, donde Villares ha ido regulando el físico durante la semana para readaptarse a la exigencia del equipo tras perderse por lesión el partido de Castellón del pasado lunes. Su ausencia volvería a dar vuelo a Denis Genreau, del que además se espera ese juego entre líneas que puede ser especialmente útil ante un rival replegado.
Con todo, Gilsanz no podrá repetir alineación. Dani Barcia vio la quinta amarilla en Castalia y volverá al once Pablo Martínez, una garantía. Más dudas ofrecen las soluciones que se manejan para suplir al dañado Rafa Obrador en el lateral izquierdo. En el fragor de la batalla en Castellón, Gilsanz optó por la alternativa que seguramente le parece de mayores garantías, la de meter en el campo a Petxarroman y enviar al flanco opuesto a Ximo Navarro, exuberante las últimas jornadas por la derecha. Jaime, lesionado, no cuenta en la ecuación, pero sí la incorporación invernal Nemanja Tosic, que podría pasar examen en Riazor.
Y no es el día de suspender. sino el de dejar el descenso a nueve puntos de distancia. Esa es la gran oportunidad.