Pablo Torres Muíño (28 de noviembre de 1987) sería el protagonista ideal para una historia titulada ‘Un coruñés en Ruanda’. Es ciclista profesional y el domingo terminó la vuelta al país africano después de ocho etapas, 958 kilómetros, 35 puertos de montaña y dos segundos puestos. “Lo cambiaba todo por una victoria”, declara poco después de aterrizar en Europa.
Torres afronta su primera temporada en el equipo Interpro Cycling Academy, de licencia japonesa, sede en Francia y con corredores de ocho nacionalidades diferentes. Ha empezado la temporada en la Vuelta a Ruanda, pero hay más: le esperan Tailandia, Malasia o Japón, entre otros destinos. Este es el primer capítulo de ‘Un coruñés por el mundo’.
Empecemos por el principio, ¿cómo son los preparativos de un viaje a África?
Me tuve que vacunar de la fiebre amarilla, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y tuve que tomar unas pastillas para la malaria porque en Ruanda es muy fácil contraerla a través de los mosquitos, hay muchos. Para entrar en el país no necesitamos visado, te lo hacen en el aeropuerto pagando treinta euros.
¿Viaje muy largo?
Volamos de Toulouse a Bruselas y, desde allí, a Kigali, la capital del país, que son unas ocho horas. No se me hizo largo.
Antes de ir no me planteaba volver a Ruanda, ahora se lo recomiendo a todo el mundo
¿Qué es lo que más te llamó la atención tras bajar del avión?
Me sorprendieron el aeropuerto, totalmente nuevo, y el estado de las carreteras, que hasta me dio un poco de envidia por lo bien que las tienen, o por lo menos las que nosotros vimos. Son muy anchas y con un asfalto nuevo y que agarra muy bien, incluso en los días de lluvia.
Foto : IGIHE/Tour du Rwanda
Tres días de aclimatación en el país, ocho de carrera y dos de descanso antes de volver a casa, ¿te ha dado tiempo a conocer Ruanda?
Es conocido como el ‘país de las mil colinas’, la altitud mínima es de 1.500 metros, es un continuo sube y baja, puertos, repechos... Las infraestructuras en la capital están muy bien, todo muy cuidado y limpio. Es un país de clima tropical y hacía mucho calor, con temperaturas de hasta 36 grados, pero, de repente, se ponía a llover como si no hubiese mañana. La comida me sorprendió porque es muy europea. Para nosotros, la dieta ciclista: pasta, arroz, patatas y pollo.
Me sorprendió el estado de las carreteras, muy anchas y con asfalto nuevo
¿Cómo es la vida en altitud?
Ya había hecho varias concentraciones en altura y eso me da un punto para adaptarme. Los primeros días me costó un poco, me sentía cansado, pero lo llevé bastante bien.
¿Volverías a Ruanda en algún momento de tu vida?
Antes de ir no me planteaba volver, pero ahora se lo recomiendo a todo el mundo: es un país fantástico y muy bonito. Seré el primero en apuntarme para la carrera si el año que viene tengo la oportunidad.
¿El ciclismo es el deporte nacional y la afición llena las calles y carreteras al paso de la carrera, ¿habías vivido un ambiente similar?
El ambiente es increíble, nunca me había encontrado con tanta afición viendo el paso de una carrera. Lo más parecido que había vivido hasta ahora fue en la Volta a Portugal.
Vamos con la carrera, ¿hay muchas diferencias a nivel organizativo con una prueba europea?
No hay muchas diferencias porque los organizadores son franceses. Quizá en la infraestructura de las llegadas, que es menos espectacular, pero no tiene nada que envidiarle a una carrera europea .
Foto : IGIHE/Tour du Rwanda
Tres fugas, dos segundos puestos, maillot de la montaña provisional en dos etapas y premio al ciclista más combativo en la sexta jornada, ¿satisfecho con el botín?
Lo cambiaría todo por una victoria, pero estoy satisfecho con mi rendimiento. No ha podido ser y tengo que estar contento por cómo se han dado las cosas. Esto es solo el comienzo de la temporada y espero tener más oportunidades de luchar por una victoria.
Narra tus sensaciones en el final de la cuarta etapa.
Fue la primera en la que llegó la fuga y nos la jugamos entre tres corredores. Uno era el ganador de la general en 2018 (el ruandés Samuel Mugisha) y el otro Edwin Ávila, un colombiano dos veces campeón del mundo de pista en la prueba de Puntuación, al que ya conocía y sabía que era rápido. Intenté dejarlos en algún repecho, pero necesitábamos colaborar para mantener nuestras opciones. Al final, fue mejor llegar delante y hacer segundo que llegar con el pelotón y acabar el 15º.
Intentaré llegar a tope para la Vuelta a Japón y, por qué no, lograr algo bonito
Y en la sexta, otra vez al palo.
Era una fuga numerosa, con unos diez hombres. El problema fue que el equipo Delko tenía a dos representantes y yo estaba solo. Empezaron a arrancar, primero uno y luego el otro, hasta que se marchó el polaco (Przemysław Kasperkiewicz, a la postre ganador). Yo hablé con el director y planteamos atacar en un repecho que había cerca de meta. Me pude ir, le empecé a recortar tiempo, pero no le llegué a coger por tres segundos.
Ocho días de competición y muchos metros de desnivel acumulado, ¿cómo se queda el cuerpo y cuánto tiempo necesita para recuperarse?
Acabé un poco fatigado, aunque he tenido la suerte de tener dos días para descansar en Ruanda. Ya he salido a rodar una hora y mañana (por hoy) haremos un entrenamiento un poco más largo y alguna serie para activar el cuerpo. Está acostumbrado a los esfuerzos y se recupera más rápido de lo que pensamos. Más que fatiga, una vuelta así te da un punto extra de cara a las siguientes competiciones.
Foto : IGIHE/Tour du Rwanda
Challenge de Mallorca, Vuelta a Ruanda... ¿ya tienes calendario para el resto del año?
El domingo estaré en el GP de La Ville de Lilliers, una carrera de un día que se disputa en el norte de Francia. Después tendré que hacer la Vuelta a Tailandia o la de Langkawi, en Malasia y, más adelante, estamos invitados a la Vuelta a Castilla y León, Asturias, Aragón y Madrid. No sé exactamente en cuáles voy a participar, pero es un muy buen calendario y tengo donde elegir.
¿Cuáles son tus principales objetivos?
Al equipo le interesa que llegue muy en forma para la Vuelta a Japón porque tenemos licencia japonesa y patrocinadores fuertes en el país. Es a mediados de mayo e intentaremos estar a tope y aprovecharlo para las carreras españolas y, por qué no, lograr algo bonito.
Estudias Fisioterapia y Nutrición Deportiva, ¿te preparas para el futuro?
Me preparo porque la vida deportiva es muy corta y hay que tener algo para cuando deje la bici. Ahora he aparcado la Fisioterapia, pero en un futuro quiero acabarla para dedicarme a ello. Los primeros años no llevaba del todo bien compaginar los estudios con la bici, los acabaré cuando termine mi carrera deportiva.
Eres un hombre casado desde 2018, ¿cómo concilias tu vida personal con el ciclismo?
Es complicado porque me pasó muchos días fuera de casa. Por ejemplo, en marzo voy a hacer 25 días sin volver a Tudela (en Navarra, su lugar de residencia) y mi mujer, Diana, está sola, pero nos vamos acostumbrando. El ciclismo es mi pasión, me pagan por esto y lo hago con gusto.
“Se me pasó por la cabeza dejar la bici en algún momento”
El Burgos-BH le cerró las puertas de la renovación a Pablo Torres después de terminar la temporada pasada. Fue un punto y aparte en la carrera del coruñés, que desde su paso a profesionales en 2012 militaba en el equipo español. Llegó a pensar en la retirada hasta que recibió la llamada del Interpro Cycling Academy.
¿Sorprendido por la decisión del equipo Burgos-BH?
Me sorprendió, pero es una decisión de los jefes. Me dijeron que querían un equipo con gente más joven y he tenido que aceptarlo.
¿Llegaste a pensar en la retirada?
Se me pasó por la cabeza dejar la bici en algún momento, sobre todo cuando llegó diciembre y no tenía nada. Pero nunca dejé de entrenar porque pensaba que hasta enero tendría alguna posibilidad.
¿Cómo surgió la oferta del Interpro?
Partió gracias a mi representante, Xavi Llobet, que se puso en contacto con el mánager del equipo, Damien Garcia. Fue todo muy fácil gracias a un amigo que tenemos en común y porque mucha gente les había hablado bien de mí.
Foto : IGIHE/Tour du Rwanda
¿Crees que un paso atrás cambiar un equipo Profesional (la segunda división) por uno Continental (tercera)?
No creo que sea un paso atrás. Hay Continentales que tienen una muy buena infraestructura y participan en buenas carreras. Lo que te da uno Profesional es la posibilidad de entrar en pruebas World Tour, pero en el Interpro tenemos un calendario de 120 días y no tiene nada que envidiarle.
Tienes 31 años, ¿has pensado ya en el momento de colgar la bicicleta?
El otro día hablaba con Álex Marque, que tiene 37, y Gustavo Veloso (los dos gallegos), de 38. Mira Valverde, con 39, aunque juega en otra liga. Esto es lo que me gusta y seguiré el máximo de años posible mientras pueda vivir de ello. No hay mejor trabajo que mi pasión.