Eduardo Blanco: “Las Escuelas Municipales no se pueden entender sin los clubes”
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Eduardo Blanco: “Las Escuelas Municipales no se pueden entender sin los clubes”

Eduardo Blanco: “Las Escuelas Municipales no se pueden entender sin los clubes”
El también presidente de AGAXEDE (Asociación Galega de Xestores Deportivos) leyendo el dxt al lado del Palacio de la Ópera | patricia g. fraga

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Ya se han cumplido cuarenta ediciones de la Escuelas Municipales de A Coruña, que tuvieron como uno de sus impulsores a Eduardo Blanco (A Coruña, 1955). El que fue director del Servicio Municipal de Deportes y actual presidente de la Asociación Galega de Xestores Deportivos (AGAXEDE) recuerda aquellos tiempos y propone medidas para mejorar estas Escuelas.

 

¿Cómo surgió la idea de crear unas Escuelas Deportivas Municipales en A Coruña?
El alcalde de entonces, Francisco Vázquez, me ficha para ponerlas en marcha en 1983. Era una época en la que había muy pocas instalaciones, tanto públicas como privadas. Los gimnasios ya hacían bastante para fomentar la práctica deportiva.

 

¿En qué consistía aquel primitivo servicio municipal de deportes?
Era un mero servicio de alquiler. Por ejemplo, alguien que quisiera dar un curso de natación en la piscina de Riazor pagaba unas tasas ridículas y lo impartía. No era normal, así que dijimos “hasta aquí hemos llegado”.

 

En los primeros ochenta, el SMD era exclusivamente un servicio de alquiler

 

¿Qué medidas se tomaron en ese momento?
Las entidades de la ciudad, las que forman parte del tejido asociativo, como el Náutico o el Club del Mar, tenían instalaciones propias pero poco apoyo a nivel municipal. Así que hicimos convenios con ellas para que se incorporaran a las actividades que les proponíamos. Eso sí, procurábamos no tener el control directo. Eso le correspondía a las entidades. Así, por ejemplo, surgieron las actividades de senderismo de la Sociedad Ártabros o las actividades de verano que tenían lugar en la SD As Xubias o en el Náutico, en las que podían participar personas que no eran socias. Del mismo modo, gracias a este acuerdo con los clubes, te podía dar clase de hockey patines un jugador del Liceo.

 

Pero todo esto había que planificarlo.
Hicimos un plan director de la oferta. Pero de manera progresiva. Y es que teníamos las instalaciones de Riazor, A Torre y poco más. Con todo, fuimos incorporando pistas como las de los centros educativos, que estaban infrautilizadas, ya que a las cinco de la tarde ya estaban cerradas. En este caso, como también habíamos hecho con los clubes, nos pusimos de acuerdo con las ANPAS. De esta manera, con los años se fueron construyendo complejos deportivos como San Diego o A Sardiñeira. No fue fácil, porque A Coruña es una de las capitales de provincia de España que tiene menos extensión.

 

Había escasa conciencia de los beneficios que aportaba el ejercicio físico

 

¿Cómo fue la dotación de personal especializado?
Era también importante incorporar personal para realizar nuestro plan. Recuerdo que en el Servicio Municipal de Deportes faltaban técnicos. Y, por ejemplo, un día pregunté dónde estaban los socorristas en la piscina de Riazor y me dijeron que no había. Era como si en un hospital hubiese enfermeros, celadores y demás y faltasen los médicos.

 

¿Estás satisfecho de algún logro en particular?
Sí. En aquellos años tiempos el hospital Labaca, que hasta entonces era de competencia municipal, pasaba a serlo de la Xunta. Entonces, a mucho personal de aquel hospital hubo que darle nuevos cometidos. Quiero destacar en este sentido a José Luis Aristín, con el que pudo crearse la primera unidad de recuperación funcional que hubo en España. Se trataba de un equipo multiprofesional que trabajaba de manera coordinada. Además, había dos asociaciones de fútbol modesto. Ahí tuvo un papel muy importante Francisco Vázquez. Fue el catalizador para que ambas se fusionaran. No me olvido del rocódromo de Riazor. Fue la primera instalación cubierta de este tipo que hubo en España. Entonces la escalada era una modalidad muy minoritaria, y ahora está en el programa de los Juegos Olímpicos. Y también recuerdo cuando pudimos llevar al campamento de Manzaneda a jóvenes que estaban en el Centro Tutelar de Menores de Palavea. Entiendo que el deporte en la mejor herramienta para la inclusión.

 

Las EDM de A Coruña necesitan un plan, y en este momento no lo hay

 

Había que cambiar la mentalidad de la gente.
Salíamos de una dictadura y estábamos en la puerta de salida de la transición. Había escasa conciencia del beneficio que aportaba el ejercicio físico. Los municipios fueron las locomotoras del cambio. Había que fomentar el deporte ciudadano. Pero compatibilizarlo con el de alto nivel. Eso sí, no mezclar las partidas presupuestarias para una cosa y para la otra. Es posible hacerlo, con una planificación.

 

¿Qué papel jugaban los padres cuando querían que sus hijos practicasen un deporte?
Hubo que hacer pedagogía. Por ejemplo, un padre llegaba con su hijo de 5 años y quería que practicase futbito. Le aconsejábamos que era mejor que a esa edad tan temprana practicase varios deportes. Un día natación, otro día patines, otro día gimnasio... Y más adelante ya optar por un deporte.

 

¿Qué importancia tuvieron los espacios públicos?
Teníamos la concepción de ciudad activa. Entonces había que generar espacios, como las plazas, en las que poder colocar una canasta, una pista de chave... Pero la mayor de las instalaciones en este sentido fue el Paseo Marítimo.

 

¿Cómo ves a las actuales Escuelas Deportivas Municipales de A Coruña?
Ahora mismo no están implicados los clubes en ellas. Y las Escuelas Municipales no se pueden entender sin los clubes. La política deportiva moderna no puede hacerse sin las entidades deportivas.

 

¿Qué medidas propones?
Actualmente, las Escuelas de Mantenimiento son un colectivo muy amplio. Pero hay que potenciarlo más. Del mismo modo, hace falta más implicación del tejido empresarial. Pero me refiero a las empresas pequeñas. Una buena idea sería montar una fundación. Del mismo modo, hace falta personal nuevo. Los que llevan muchos años se van jubilando. En definitiva, las Escuelas Deportivas Municipales de A Coruña necesitan un plan, y en este momento no lo hay. El modelo que aplicamos a partir de 1983 podía durar 15 años, pero en estos momentos, cuatro décadas después, sería conveniente hacerle una reforma. Es decir, revisarlo para adaptarlo a los tiempos actuales.

 

Llevar a jóvenes de un Centro de Menores a Manzaneda fue una satisfacción

 

¿Qué ventajas aporta un plan?
Si falta un plan no sabes si estás haciendo el camino correctamente. Tiene que ser un plan flexible. Antes se hacían a diez años, pero ahora, con esta sociedad actual tan cambiante, tienen que ser a tres o cuatro años. E irlo actualizando.

 

¿Qué opinas de las ayudas que reciben las entidades deportivas de la ciudad?
No reciben lo suficiente. Salvo que hayan firmado un convenio, no saben cuándo van a recibir la subvención. Nosotros, desde AGAXEDE, organizamos a finales de abril la Carrera Alternativa. Y aún no hemos recibido la subvención. Quizás la recibamos a finales de este año, o para el que viene. Para mi lo ideal sería realizar convocatorias anticipadas, y no improvisar.

 

Según tu criterio, ¿cuál es el principal cometido de un ayuntamiento a la hora de pensar en el deporte?
Hay dos maneras de plantearse la práctica deportiva. En la de alto rendimiento, hay que adaptarse a un reglamento. Es la persona la que tiene que adaptarse a ese deporte. En el deporte para todos es al revés. Es el deporte el que se adapta a las características de cada cuidadano. En mi opinión, este último es el que tiene que fomentar un ayuntamiento. Tiene que conseguir que todos los ciudadanos puedan practicar deporte. Del mismo modo, no puede descuidar el deporte de alto rendimiento, pero ahí ya entran otras instituciones.

 

¿Qué conclusión sacas de aquellos años en el Servicio Municipal de Deportes?
Yo fui el que lo lideré pero éramos un equipo de gente. Como una familia, con mucha cohesión. Y la fuerza política del alcalde Francisco Vázquez fue fundamental. Todo lo que se hizo no podría haberse llevado a cabo sin un presupuesto que era bastante alto para esa época. 

Eduardo Blanco: “Las Escuelas Municipales no se pueden entender sin los clubes”

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