La bielorrusa Aryna Sabalenka (5) logró su primer título del Grand Slam después de imponerse en la final del Abierto de Australia a la kazaja Elena Rybakina (22) por un ajustado 4-6, 6-3 y 6-4, tras dos horas y 28 minutos de lucha.
“Quiero pedir perdón por mi inglés porque todavía estoy temblando de los nervios. Ella es una gran jugadora y espero enfrentarme a ella en más finales del Grand Slam. Por supuesto que tendremos muchas más batallas”, dijo durante la entrega de trofeos.
La tenista de Minsk, que conectó 17 saques directos, puso el broche de oro a una gira australiana impecable, en la que consiguió el título en Adelaida y el primer ‘major’ de la temporada, tras ceder solo un set en la final de este último torneo.
Una doble falta por parte de la bielorrusa inauguró una final que se disputó bajo las nubles que cubrían una Rod Laver Arena con centenares de asientos vacíos en el anillo superior.
El partido siguió con el guion esperado, después de que cada una se apuntara tres saques directos en los tres primeros juegos de una primera manga con escasos intercambios largos.
Los fantasmas de un reciente pasado amargado por las dobles faltas se asomaron por la cabeza de una Sabalenka que dejó escapar el primer juego al servicio del partido.
Los ‘aces’ se fueron sucediendo y el marcador alcanzó el 3-4, con una Sabalenka que no acababa de encontrar su ritmo con el segundo saque, y recurría a un primer saque en su lugar a pesar del riesgo que conllevaba.
Consiguió devolverle la rotura Sabalenka para establecer el 4-4, y sus problemas con las dobles faltas ayudaron a la vigente campeona de Wimbledon para apuntarse un ‘contra-break’ que encaminó el posterior 4-6.
La nota negativa del primer parcial para la bielorrusa fue un pobre segundo saque, con el que se apuntó el 33% de los puntos disputados, y con el que cometió cinco dobles faltas.
El inicio fue dubitativo en un segundo que arrancó con serios problemas para la quinta cabeza de serie a la hora de cerrar su saque pero, tras salvar dos puntos de rotura, se agenció un primer juego para ponerse por delante por primera vez en el partido.
Su nerviosismo se fue desvaneciendo conforme fue capaz de utilizar su segundo saque para abrir la pista y empezar el punto con ventaja, y le robó un juego al saque a una Rybakina que comenzó a pagar el desgaste físico al bajar su incidencia con saques directos.
Con el 5-3, las dos jugadoras deleitaron al público de una Rod Laver Arena que contó con la presencia del actor Russell Crowe y el primer ministro australiano Anthony Albanese.
Sabalenka cerró con un espectacular ‘ace’ con su segundo servicio un set que finalizó con siete saques directos y tan sólo una doble falta, la cual contrastó con las cinco del primer parcial.
El choque adquirió un aroma de momento decisivo y ambas tenistas fruncieron el ceño, y aumentaron la concentración al saque, para llegar con más opciones al final de levantar el título.
Con el 3-3, la nueva número dos mundial dio un paso al frente al resto y consiguió una crucial rotura en lo que fue su segunda oportunidad de ‘break’ en el juego, para imponer un 4-3 a su favor.
Florecieron los nervios de nuevo, del mismo modo que en el arranque del choque, y la campeona Sabalenka necesitó cuatro pelotas de partido para cerrar un partido que finalizó tras una derecha larga de Rybakina.
Sabalenka ganó el duelo por convertirse en la mejor pegadora del circuito y lo corroboró con sus 17 saques directos y 51 golpes ganadores.
Confirmó con su victoria en un Grand Slam su irrupción en un Olimpo de la WTA que ha amenazado con su presencia en el top-10 durante los últimos cinco años, así como por su participación en tres semifinales ‘major’.
La tenista de Minsk da entrada a un año que podría acercarla a una primera posición mundial que se aleja en casi 4.000 puntos, tras ganar sus primeros once choque de este joven 2023.