Decimoséptima posición para María de Valdés en su debut en los Juegos Olímpicos en unos 10 kilómetros en París 2024 que encumbraron de nuevo a la neerlandesa Sharon van Rouwendaal con su segundo oro en esta especialidad tras el de Río 2016 (y en Tokio 2020 fue plata). La australiana Moesha Johnson con la plata y la italiana Ginevra Tadeucci con el bronce completaron el podio de una prueba muy dura por las corrientes en el río Sena que perjudicaron a la nadadora andaluza afincada en A Coruña.
Las condiciones del río, con zonas con corrientes en contra muy duras, provocaron una carrera completamente táctica. La malagueña, igual que la otra española, optó por ser precavida. Lo importante era no gastar fuerzas porque eran seis vueltas al circuito y se iban a hacer muy largas. Su estrategia era clara, reservar energías en los tramos en contra. Por eso en el primer paso intermedio iba rezagada, a más de cuarenta segundos. Para apretar cuando el Sena se ponía en favor, que se volvió a acercar a la cabeza.
Se mantuvo agazapada, precavida, mientras algunas de las favoritas, como las australianas Moesha Johnson y Chelsea Gubecka y la neerlandesa Sharon van Rouwendaal, se mantenían siempre delante. De Valdés seguía entre las posiciones décima y decimoquinta y en torno a los veinte segundos de desventaja durante las tres primeras vueltas.
La clave estuvo en la cuarta. Johnson se puso a tirar muy duro y estar tan atrás no le permitió a la nadadora del Liceo estar atenta al corte que se hacía por delante, donde la austaliana, la neerlandesa y la italiana Ginevra Tadeucci fueron las que se marcharon hacia el podio, con un segundo grupo por detrás del que tiraba la brasileña Ana Marcela Cunha, que defendía el título, mientras María de Valdés se quedaba en un tercer grupo que se fue a más de un minuto de diferencia (1.24), junto a otras de las favoritas como la alemana Leonie Beck y la estadounidense Katie Grimes, que ya no pudo recuperar nadando a favor.
En el inicio de la última vuelta, las tres primeras posiciones parecían definidas, pendiente de discernir el color de las medallas, con una ventaja de más de treinta segundos sobre sus perseguidoras. También lss posiciones de finalistas, con las cinco del segundo grupo. María de Valdés, una de las nadadoras más livianas, sufría mucho cuando tocaba nadar con la corriente en contra, y se descolgaba ya incluso contacto con el tercero, decimoséptima a 2.22, ya por detrás de la otra española, Ángela Martínez.
El final se hizo duro para ella. Delante, las tres escapadas empezaban con las tácticas de acercameinto a meta donde todo parecía indicar que se iba a decidir la victoria al esprint y con Jonhson siempre tirando, con Van Rouwendaal aprovechándose de su estela y Tadeucci a sus pies. Cunha no se rendía por detrás, intentando recortar, pero estaba demasiado lejos. Cedió su corona a otro de los mitos de la especialidad, Sharon van Rouwendaal, que en la recta final apretó y se llevó el oro, Moesha Johnson la plata y Ginevra Tadeucci el bronce. María de Valdés se quedó en zona intermedia y le tocó nadar sola los últimos metros para terminar decimoséptima, mientras Ángela Martínez remontando en un grupo con las francesas y Leonie Beck, quedó décima..