El danés Jonas Vingegaard, como ya hizo en la jornada del Tourmalet, encabezó el dominio del Jumbo Visma presentando candidatura al maillot rojo con un contundente triunfo en solitario en la decimosexta etapa de la Vuelta a España, disputada entre Liencres y la inédita cima de Bejes, de 120,1 km, en la que Sepp Kuss salvó el liderato por 29 segundos.
Todo un sorpaso de Vingegaard (Hillerslev, 26 años) con un doblete firmado a su estilo, como en el Tourmalet. Un triunfo dedicado a su compañero belga Nathan Hooydonck, quien se debate entre la vida y la muerte tras sufrir en su país un accidente de tráfico.
En Francia atacó a 6 km de la cima y ya nadie le vio el dorsal. Subiendo Bejes se despidió del personal a 4. Arrancada definitiva, contundente y brazos en alto dejando claro que el líder y candidato a la roja en Madrid va a ser el, con la credencial de todo un doble ganador del Tour.
Vingegaard voló en solitario y alteró la general. Bendito problema para su equipo la víspera del Angliru, donde puede cambiar el orden de manera definitiva. El danés cerró la exhibición con un tiempo de 2h.38.23, a una media de 45,1 km/h. Le siguieron el neozelandés Fin Fisher Black (UAE) a 43 segundos y el neerlandés Wout Poels (Bahrain) a 49.
Los hombres de la general cruzaron a 1.11 contando la bonificación de Vingegaard, con Juan Ayuso, Enric Mas, Vlasov y Primoz Roglic. Landa y el líder Kuss a 1.13.
Kuss salvó la roja después de 8 días de líder y afrontará el Angliru como patrón. Vingegaard, a 29 segundos, apunta al asalto al primer escalón del cajón y Roglic, a la expectativa a 1.33. Juan Ayuso y Enric Mas aguardan su oportunidad a 2.33 y 3.02 minutos respectivamente.
Después del descanso y la desconexión en Santander, el pelotón regresó a la ruta para una etapa corta unipuerto con final inédito en Bejes. La víspera del Angliru, el ogro que todos miran de reojo y no sin cierto temor. La cita del olimpo del ciclismo asturiano condicionó el trayecto por Cantabria.
Los aventureros tardaron media etapa en formar la fuga y los favoritos no estaban por la labor de malgastar fuerzas. En la primera hora se cubrieron 48 km, un ritmo elevado que se concretó en una fuga 10 km después.
Cattaneo (Soudal), el maillot verde y mejor esprinter Kaden Groves (Alpecin), Van den Berg (EF Edcuation), Prodhomme (AG2R), Poole (DSM) y Joel Nicolau (Caja Rural) se despegaron en busca de la gloria. Al paso por Comillas contaban con un minuto, pero el Jumbo asumió el ritmo del grupo sin permitir que la escapada se fuera de las manos. El grupo de Kuss, Roglic y Vingegaard quería la etapa, con un final muy adaptable al esloveno.
Groves sumó los puntos en el esprint de Unquera y se dejó de aventuras. Se sumó al pelotón, que volaba por la estrecha carretera del desfiladero de la Hermida, entre la pared de la montaña y el Río Deva. En ese trance se produjo la caída de Luis León Sánchez. Poco después, a 12 km de meta, el quinteto rebelde se perdió entre la marabunta.
Batalla inevitable en la inédita subida a Bejes, un segunda corto, pero explosivo, de 4,8 km al 8,8, con los dos últimos al 14-15 por ciento. Una llamada para los hombres de la general, un escenario que anunciaba lo inevitable, que el Jumbo sacara la artillería pesada.
Los hombres de amarillo tensaron de inicio, seleccionaron al personal bajo el ritmo del húngaro Attila valter. No se traba de un puerto largo, había que atacar pronto. Dicho y hecho. Vingegaard tomó la batuta, en modo Tourmalet o Tour de Francia. Arrancó con fe y ambición. Nadie le pudo seguir.
Motivado por dedicar la victoria a Hooydonck, el danés lo dio todo hasta la cima. Una victoria por todo lo alto. Una forma de demostrar un estado de forma que le convierte en favorito a llegar a Madrid de rojo. Con permiso de Kuss, y de Roglic, pero con la evidencia de que es el más fuerte de los tres. El Angliru tiene la palabra.
Este miércoles se disputará la decimoséptima etapa, entre Ribadesella y el Alto del Angliru, de 124,4 km. Jornada especial por la llegada a un lugar ya mítico en el ciclismo español, donde los favoritos medirán sus fuerzas en sus 12,4 km de subida al 9,8 por ciento que incluye rampas del 25.
Antes del Angliru, el Alto de la Colladiella (1a, 7,8 al 7,1) y el Cordal (1a, 5,4 al 9,2). Una cita clave señalada en la agenda de todos los corredores.