El danés Mattias Skjelmose (Lidl Trek) sorprendió a los favoritos y se metió con acierto en la fuga definitiva para imponerse en la sexta etapa de la París Niza disputada entre Sisteron y La Colle-sur-Loup, de 198,2 kilómetros, en la que recuperó el liderato el estadounidense Brandon McNulty (UAE).
Skjelmose (Copenhague, 23 años), tercero hace unos días en el Monte Brouilly, se mostró audaz y ambicioso para coger la escapada buena final y logró imponerse con claridad en la recta de meta a sus dos rivales estadounidenses, Brandon McNulty (UAE) y Matteo Jorgenson (Visma Lease a Bike).
Un triunfo que se certificó con un tiempo de 4h.36.51, a una media de 43 km/hora. El golpe del nórdico alejó al pelotón principal en 52 segundos, con Remco Evenepoel al frente, seguido por Roglic, Bernal, Kelderman, Harold Tejada y el exlíder Lukas Plapp.
Volvió a ceder tiempo el español Carlos Rodríguez, 1.23 minutos, sin poder de reacción cuando se quemaron los petardos entre los favoritos. Tampoco tuvo su día el colombiano Santiago Buitrago, quien además sufrió una caída que le hizo perder 2.39 y el puesto del podio.
En la general hubo cambios. McNulty, el corredor de Phoenix que ya lució de amarillo tras la tercera jornada volvió a la cúspide del podio de la general, con su compatriota Jorgenson a 23 segundos y Plapp a 34. Skjelmose saltó a la cuarta plaza a 54 y el primer nombre ilustre, Evenepoel, quinto a 1.03.
Con respecto a Evenepoel, Bernal está a 11 segundos, Almeida a 27, Roglic a 41 y Carlos Rodríguez más descolgado a 1.03, pendientes todos del fin de semana de montaña que decidirá la carrera.
Esta vez no fue la Carrera del Sol, hizo ante un recorrido exigente de 2.500 metros de desnivel, una etapa combativa desde el inicio donde pasado el km 30 se lanzaron a la aventura 8 corredores.
Mads Pedersen, Armirail, Beullens, Scaroni, Leemreize, Zimmermann, Burgaudeau, Storer fueron los protagonistas, a los que se unieron después Pithie y Haller a mitad del Col de Luens (2a, 7 km al 4,6%), segunda dificultad de las 5 del día.
El Col de Gourdon (2a, 6,3 km al 4,2) fue el escenario de la claudicación de la fuga. Surgieron ataques en el pelotón, la diferencia se fue reduciendo y pasada la cima, en el descenso, el grupo principal ya se había juntado camino del último obstáculo, un muro corto, de apenas 2 km, pero al 10 por ciento.
Se trataba de la Cota de La Colle-sur-Loup, donde Roglic atacó con fuerza en rampas del 15 por ciento. Reaccionaron los rivales con Evenepoel tomanso el mando en primera persona. Una vez reducido el esloveno tomó el relevo ofensivo Matteo Jorgenson.
En principio nadie salió por el americano ex del Movistar, pero lueo se animaron McNulty y Skjelmose, quienes lograron alcanzar al líder del Visma. El trío abrió un hueco de 50 segundos ante la pasividad del grupo de Evenepoel y compañía, donde se habían soltado Carlos Rodríguez y el colombiano Buitrago tras sufrir una caída.
Jorgenson bonificÓ 6 segundos en el esprint de Tourrettes-sur-Loup, último aliciente de la etapa, y restaban aún 18 km de descenso hasta la línea de meta. Tres contra 10 perseguidores, donde estaban Roglic, Evenepoel, Bernal, Vlasov y el líder Plapp.
La victoria estaba delante. Los tres de cabeza aunaron fuerzas para disputarse la gloria entre ellos. Tenían tiempo de sobra para no llevarse sorpresas, así que se presentaron a la hora de la verdad dispuestos a jugar cada uno su carta ganadora.
Un desenlace con poca historia, pues Skjelmose atacó de lejos, un acelerón definitivo, concluyente, que no discutieron ni McNulty ni Jorgenson. El danés, ganador de la Vuelta a Suiza 2023 y con 10 victorias en su palmarés, abrió su casillero de 2024, con clase y honor.
La séptima etapa se ha visto modificada por el mal tiempo previsto en la zona y tendrá un recorrido de 104 kilómetros entre Niza y Madone d'Utelle, un final en alto tras un ascenso de 15,1 km al 5,7 por ciento de desnivel medio.