El francés Geoffrey Soupe (TotalEnergies) no estaba convocado para la fiesta de los esprinters en Oliva, pero el corredor barbudo se coló para imponerse por sorpresa en la séptima etapa disputada entre Utiel y Oliva, de 200,8 km de recorrido, la segunda más larga de la presente edición, en la que continuó el sueño rojo el francés Lenny Martínez.
No hubo triplete de Kaden Groves tras un desenlace marcado por 2 caídas. En un esprint muy disputado y con caras nuevas destacó un veterano de 35 años, con barba muy poblada, llamado Geoffrey Soupe, capaz de llevarse la victoria más importante de su vida. Ganó el pulso por escasos metros al campeón venezolano y también sorprendente Orluis Aular (Caja Rural Seguros RGA).
Los favoritos del esprint se vieron relegados por los inesperados invitados a la fiesta. El belga Edward Theuns (Lidl Trek) fue tercero, antecediendo al colombiano Sebastián Molano y a Kaden Groves, esta vez el ciclista "aussie" con la miel en los labios.
Los hombres de la general, a buen recaudo después de los percances, mantuvieron sus puestos, si bien Vingegaard recaudó 2 segundos en un esprint intermedio. Lenny Martínez sigue feliz con el maillot rojo de líder. Le siguen a 8 segundos el estadounidense Sepp Kuss (Jumbo Visma) y a 51 el español Marc Soler (UAE) como inquilinos del podio provisional.
Los grandes favoritos siguen dentro de un pañuelo de 20 segundos, con Evenepoel, Vingegaard, Roglic y Juan Ayuso con las opciones intactas.
Después de la batalla por todo lo alto en Javalambre, descenso de nuevo a la costa para una etapa señalada a fuego para el esprint. Ya pegada fuerte el sol en Utiel en la salida, localidad vinícola, con más de 200 bodegas subterráneas.
Un día especial para Lenny Martínez, el benjamín de la Vuelta, alucinado el chaval porque ha pasado de ser anónimo a ser aclamado por la afición, que gritaba su nombre ante el asombro del chaval de Cannes. No en vano ha hecho ya historia por ser el líder más joven de la historia de las tres grandes, con 20 años y 51 días.
Un total de 164 corredores partieron hacia Oliva, a la costa valenciana, frecuentada por los turistas que van a disfrutar de sus 8 km de playas. El viento iba a ser el mayor problema, en teoría, pero el pelotón se lo tomó con tranquilidad.
Solo dos corredores desafiaron a la marabunta para afrontar "la ruta de los naranjos", el veterano de 37 años José Herrada (Cofidis), en su última Vuelta después de 9 participaciones y el vasco fugitivo habitual Ander Okamika (Burgos BH).
La tranquilidad bajo la calima se rompió con una caída que afectó a Geraint Thomas, única incidencia hasta la preparación del esprint. La persecución de los rebeldes estuvo controlada en todo momento. Los hombres del Alpecin de Kaden Groves querían el triplete para el australiano, y claro, les tocó ponerse el mono de trabajo.
José Herrada decidió sacar bandera blanca a 67 km de meta y dejar solo a Okamika. Con más moral que el Alcoyano el corredor de Lekeitio resistió lo que pudo hasta que la evidencia le fue a visitar a 41 km de meta, después de 159 en fuga. No obstante, no se fue de vacío: fue nombrado combativo del día.
Fue el comienzo de la otra etapa, la del triunfo en juego, con la costa como escenario desde Valencia hasta Oliva, pasando por el Perelló Gandía y Cullera, donde el esprint intermedio alteró el orden por unos instantes. Groves pasó en cabeza y Vingegaard se llevó 2 segundos de bonificación. Los favoritos también luchan por las migajas.
La tranquilidad se acabó a 10 de meta. De nuevo las caídas intimidaron al pelotón. En un primer accidente se vio afectado, sin consecuncias Sepp Kuss, el héroe de Javalambre, y poco después susto monumental con otro percance que terminó con el neerlandés Thymen Arensman en el hospital. Otra baja sensible para el Ineos.
Con el pelotón reducido se disputó el esprint en Oliva. Todo el mundo esperaba el triplete de Groves, ganador de dos etapas, pero no siempre se impone la lógica. El venezolano Aular atacó de lejos, abrió unos metros, y cuando se disponía a vivir su mayor día de gloria, se le coló Geoffrey Soupe.
Sorpresa mayúscula. No se lo creía ni el propio Soupe. "Estoy emocionado. A mi edad ya no creía en poder ganar en una grande, para mi ha sido algo inesperado", resumió el barbudo del pelotón, el más feliz del mundo. Rey por un día.
Este sábado se disputa la octava etapa entre Dénia y Xorret de Catí, de 165 km. Una nueva cita para que los favoritos se expliquen en la montaña. El punto clave será el ascenso a meta de 3,9 km al 11,4 por ciento. Antes el pelotón deberá superar el Alto de Vall D'Ebo (2a), el Puerto de Tollos (3a), Puerto de Benifallim (2a) y La Carrasqueta (2a).