"No hay mucho que decir, es simplemente uno de los mejores porteros del mundo", así de rotundo se mostró Sander Sagosen, la gran superestrella del conjunto noruego, al hablar del portero Torbjorn Bergerud, tras la victoria (26-28) cosechada por Noruega sobre Alemania en el último partido.
Triunfo incomprensible sin la figura de Bergerud que detuvo en la segunda mitad más de la mitad de los lanzamientos del equipo alemán, al que tan sólo concedió un gol en los últimos ocho minutos de juego.
Un auténtico muro que tratará de frenar a la selección española de balonmano en el encuentro de cuartos de final del Mundial de Polonia y Suecia que enfrentará este miércoles (18:00) en el ERGO Arena de la ciudad polaca de Gdansk a españoles y noruegos.
"Es verdad que la portería les está funcionando muy bien, pero nosotros también tenemos dos grandes porteros. Así que tenemos que salir al campo a jugar como sabemos y a lanzar como hay que lanzar. No hay que obsesionarse", señaló el seleccionador español Jordi Ribera.
Los "Hispanos" tendrán que afinar como nunca la puntería para superar a un Torbjorn Bergerud, que llega a la cita con unos números que asustan, tras firmar más de un cincuenta por ciento de paradas en los dos últimos encuentros ante Catar y Alemania.
Y eso que Bergerud, que este año abandonó la filas del Flensburg alemán para enrolarse en el Kolstad, el nuevo poder emergente en el balonmano noruego en el que recalará el próximo curso Sander Sagosen, no arrancó el Mundial con las mejores sensaciones posibles.
"He tenido un poco de mala suerte y no he podido realizar un gran partido desde el principio, pero físicamente estoy bien y mentalmente me encuentro fuerte", reconoció el propio Bergerud a la prensa noruega a la conclusión de la primera fase.
De hecho, Kristian Saeveras, su compañero bajo los palos, pareció el destinado a jugar los minutos decisivos en los partidos más importantes tras iniciar el campeonato mucho más entonado.
Pero Bergerud, de 28 años, no se rindió y poco a poco fue ganando la batalla por la portería. Si ante Serbia firmó siete paradas, dos días más tarde ante Catar dobló sus cifras para convertirse en la estrella del partido.
Una circunstancia que no impidió al seleccionador noruego Jonas Wille, que todavía no conoce la derrota desde que asumió el pasado mes de junio el banquillo del conjunto nórdico, apostar de inicio por Saeveras en el decisivo encuentro con Alemania del pasado lunes.
Sin embargo, no fue hasta la salida a la pista de Torbjorn Bergerud, que ocupó la portería noruega en la segunda mitad, cuando los nórdicos acabaron con la resistencia de un conjunto germano, que vio como el guardameta del Kolstad detuvo doce de los veintidós lanzamientos que intentaron en los segundos treinta minutos de juego.
Toda una exhibición en la que Bergerud, un gigantón de dos metros de altura y 102 kilos de peso, aprovechó su enorme envergadura para cerrar todos los caminos a gol a los jugadores alemanes.
"Es un tipo grande, que aguanta muy bien y si tiene un buen día puede ser un factor determinante. No es casualidad lo que ha hecho. Es un gran portero que lleva ya años en la élite", indicó el guardameta español Rodrigo Corrales en declaraciones a la Agencia EFE.
Pero Bergerud, como explicó Corrales, no sólo destaca por su envergadura y colocación, sino también por la agilidad y velocidad en sus movimientos.
"Al ser tan alto puede parecer un poco más lento, pero con lo deprisa que pasa todo, que es una cuestión de milésimas, al final todo el mundo tiene que ser rápido y tirar de reflejos. Aunque sí que es verdad que cuando puede aprovechar su envergadura, cuando sale y se coloca, cuando se hace grande es cuando para más", explicó el portero español.
Una lección que tendrán que tener muy en cuenta los de Jordi Ribera para tratar de superar a un Torbjorn Bergerud, que no quiere que se repita lo que ocurrió en los cuartos de final del pasado Mundial de Egipto, en los que los "Hispanos" apearon a Noruega de la competición e intentará convertirse en un muro para el conjunto español.