Que tiempos. Hace ya una veintena de años que el Real Madrid tenía todo preparado para cumplir su centenario (2002). Incluso en la fachada del Santiago Bernabéu lucía ya el logo conmemorativo. Florentino Pérez había logrado convencer a la Real Federación Española de Fútbol que la final de la Copa del Rey se jugase en su estadio y el mismo día del cumpleaños del club.
Todo listo. Fuegos artificiales preparados, restaurante decorado para la celebración, autobús descapotable aparcado en las inmediaciones de La Castellana, especiales en los diarios de la capital del reino hechos... Todo a favor, menos el Real Club Deportivo. No contaron con los blanquiazules para que se uniesen a la fiesta merengue. Un error de cálculo que costó un disgusto enorme a todo el madridismo. Lección de humildad para los blancos del modo más cruel.
Fran y Manuel Pablo recordaron la gesta. Entonces un equipo se unió al saberse menospreciado por el rival antes de jugar. Hoy, el escenario nada tiene que ver, ojalá celebremos mañana un dulce recuerdo con tres puntos más.