Acumulación de noticias en pocos días: primero llama la atención la consecución del octavo Balón de Oro por parte de Messi, más que nada porque a estas alturas todavía no tenemos claro cuáles son los criterios para premiar a los futbolistas. En cualquier caso, no podemos decir de ninguna manera que sea una decisión injusta porque el argentino sigue en activo y todavía en primera línea, aunque se halle en el fútbol estadounidense.
Pero lo que más ha llamado la atención es esa declaración de amor de Messi al Barcelona. “Es el club que amo y voy a amar toda la vida”, dijo en su intervención. Añadió que quería despedirse de la afición de otra forma y completó su guiño al barcelonismo diciendo que volverá a vivir en la ciudad Condal, y dejó caer incluso la posibilidad de entrenar en el futuro al equipo azulgrana.
Ha destacado en esta clasificación el quinto puesto de Rodri, único jugador español en la lista de treinta, en el que aparecen cuatro argentinos y tan sólo un brasileño, Vinicius, que fue galardonado por la dedicación de su Instituto ‘Vini Junior’ a causas sociales, habiendo donado más de un millón de euros para favelas de Brasil.
El polémico jugador fue protagonista a las veinticuatro horas de su renovación hasta 2027 por el Real Madrid, llamando la atención su cláusula de rescisión de un billón de euros, con el fin de apartar ‘moscones’ para el futuro. Cobrará 10,5 millones al año por las siguientes tres temporadas de prórroga.
Otro frente abierto es el de las declaraciones del jefe de los árbitros, Medina Cantalejo, quien ha cavado su propia fosa al haberse filtrado unos audios en los que poco menos que incita a la agresión a un periodista al tiempo que manifiesta su enfado por la publicación del patrimonio de cuatro colegiados (Clos Gómez, Hernández Hernández, Sánchez Martínez y Jaime Latre), a los que alaba su ‘capacidad de ahorro’ para haber adquirido el patrimonio inmobiliario que actualmente tienen, que no parece cuadrar con los ingresos oficiales de cada uno de ellos. Olvida Medina Cantalejo que toda la información proviene de un informe que nace en su origen en el servicio de investigación de la Guardia Civil.
Queda poco espacio para comentar la sanción de la FIFA a Rubiales, por tres años, en la que alude a que así “garantiza las normas básicas de conducta decente”. No se sanciona al ‘ex’ por sus públicos tocamientos en el palco. Se ve que para el máximo organismo del fútbol mundial ese no es un comportamiento indecente porque está a otra cosa, como conceder un Mundial a Arabia Saudí.