Los que seguimos más o menos de cerca el mundo del tenis no ignoramos que la semana que viene se inicia la temporada en tierra batida, que suele experimentar un cambio en algunos jugadores a los que les gusta más o menos esta superficie. Y hay varios de ellos cuyo rendimiento representa toda una incógnita. Ese es el caso de la revelación italiana Jannik Sinner, un chico de 22 años que parece encaminarse hacia la gloria de ser el mejor tenista de la historia de su país, por encima de los legendarios Nicola Pietrangeli o Adriano Panatta ( a los que solamente los veteranos aficionados recuerdan, como enemigos de Santana y Orantes, por poner un par de ejemplos).

En tierra se van a disputar tres Masters 1000 (Montecarlo, Madrid y Roma) y ahí se podrán despejar algunas dudas sobre el joven jugador italiano, que solamente ha perdido dos partidos de los últimos treinta y dos disputados (contra Zverev y Alcaraz) y que ha ascendido al número dos del ránking mundial. Otra duda que se despejará es la participación de Rafael Nadal y su verdadero estado de salud, a punto de cumplir los 38 años.

Todos los jugadores, naturalmente, tienen la vista puesta en Roland Garros, cuyo título defenderá el eterno Novak Djokovic, que ganó por tercera vez en 2023, aún lejos de los catorce de Nadal o, incluso, de los seis de Bjorn Borg.

En la gira femenina hay una favorita por encima del resto: la polaca Iga Swiatek, que, con 22 años, no hace más que acumular victorias y lleva ya tres títulos en el torneo francés, lejos todavía de los siete de Chris Evert pero a la que podría acercarse de ganar nuevamente. Swiatek jugará en Madrid y Roma antes de llegar a París.

Otra de las favoritas es la kazaja Elena Rybakina, jugadora que progresa notablemente y que ya tiene un Grand Slam en sus vitrinas. Naturalmente, la todoterreno bielorrusa Arina Sabalenka también cuenta, lo mismo que la estadounidense Coco Gauff, cuyo juego sobresale en tierra,  o la emergente china Zheng.

Por último, nos gustaría hacer una mención especial a Jessica Bouzas, la tenista de Villagarcía que ha conquistado su primer WTA 125, superando a la en su día destacada rumana Begu, y que está a punto de superar la barrera de las cien mejores tenistas del circuito, con la dificultad que eso conlleva. Bouzas tiene dos objetivos hasta el verano: hacer un buen papel en Roland Garros e ir a los Juegos Olímpicos. Ambos puede lograrlos.