Si usted está leyendo estas líneas en la versión en papel de este periódico le interesará saber que mañana no podrá tenerlo en sus manos porque desde tiempo inmemorial, o más concretamente desde 1938, una Ley de Prensa establece descanso para los profesionales del sector tres días al año: el 24 y 31 de diciembre y el Viernes Santo.
La norma, que en alguna comunidades se adelanta desde hace ya un tiempo al Jueves Santo, se tomó en el marco de un Estado católico en el que además se argumentaba que estas fechas son para el recogimiento. Así que alguien que mandaba mucho consideró que no son días para consumir noticias. A estas alturas resulta evidente que estamos ante un anacronismo, así que si lee esta perorata en nuestra edición digital también le interesará saber que durante las próximas horas ahí tiene actualizado todo lo que sucede en torno al deporte, singularmente el de A Coruña y su área de influencia. Digámoslo también: sin alardes... Hoy muchos informadores descansan.
Reflexionemos sobre lo que ello supone. De alguna manera, en un mundo sin noticias, viviremos unas horas de sosiego y desconexión. Nunca viene mal ese reinicio. Por otro lado quizás echemos algo de menos, la necesidad de estar (o al menos sentirse) informado es una de las más perentorias. Se leen menos periódicos en papel que nunca, pero es justo ahora cuando más gente consume y demanda información. ¡Que no nos falte ese derecho! Y que no les falte tampoco, ahora que los altavoces propios están tan al alcance y pueden confundir, a aquellas entidades o deportistas que critican al informador porque relata algo que no es de su gusto. Nuestro silencio no les beneficia.