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Desde hace muchos años el futbol europeo ha sido el referente mundial en lo que respecta a clubes. Las competiciones nacionales e internacionales del viejo continente han aglutinado a los mejores jugadores del planeta. Todos querían jugar nuestras ligas. Triunfar en Europa significaba ser un astro en el universo del futbol.
 

Fueron varios los acontecimientos que marcaron este nuevo rumbo en el futbol continental. La Ley Bosman deslocalizó la procedencia de los deportistas que podía formar parte de cualquier equipo de Europa sin ocupar plaza de extranjero, anteriormente acotadas. La evolución de la Copa de Europa hasta convertirse en la Champions League significó que un privilegiado grupo de clubes participan año tras en la competición más prestigiosa del futbol a la vez que se aseguraban unos ingresos impensables en el pasado. Todo ello propició que el negocio se apoderara del deporte. Quien más recursos económicos tenía se aseguraba a los mejores futbolistas.
 

Hasta hace relativamente poco, el Calcio reunía en Italia a las estrellas mundiales (Maradona, Ronaldo, etc.). Posteriormente la Liga española, especialmente con la presencia de Messi y Cristiano, acaparó la atención de los aficionados. Fue finalmente la Premier League quien -tras negociar con éxito los derechos televisivos-, convirtió al fútbol inglés en la competición con mayor capacidad de contratar a los mejores peloteros del mundo.
 

Sin embargo, este falso equilibrio que existía en Europa está siendo cuestionado por el fútbol árabe. Hasta ahora han tentado con bastante fortuna a grandes estrellas mundiales con contratos estratosféricos. CR7 marcó el camino al que le han acompañado Benzema, Neymar, Kanté, etc. 
 

De los diez futbolistas mejor pagados del mundo, ocho juegan la liga árabe, siendo los dos restantes Leo Messi, en el Inter de Miami, y Mbappé, en el PSG. Cierto es que los jugadores que deciden enrolarse en la aventura saudí son veteranos en busca de firmar un gran contrato antes de su retirada y, de alguna manera, abandonan la alta competición Pero la ruta está marcada. 
 

Desconozco el recorrido que tendrá esa ofensiva de los clubes árabes, pero ha llegado un competidor que quiere monopolizar a los mejores en una competición todavía imberbe. Por ahora los jóvenes prefieren triunfar en las ligas europeas. El tiempo dirá si Europa podrá competir con los impensables sueldos que pagan en Arabia.

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