La liga de fútbol profesional está sufriendo las graves consecuencias de haber puesto en manos de las televisiones sus derechos de retransmisión. Claro que gracias a ellos se ha embolsado una auténtica millonada, gracias a la cual son muchos los clubes que sobreviven y pueden mantener sus plantillas.
El problema viene que las plataformas televisivas han experimentando una bajada importante en el número de sus abonados, lo que pone de manifiesto que el negocio empieza a resistirse. Normal si tenemos en cuenta que los horarios de los encuentros los marcan ellas dependiendo del ‘mercado’ extranjero sin importar en absoluto si ello perjudica o no al consumo local. Que sí lo hace y mucho.
Pero es que además los clubes se han acomodado al ingreso televisivo y han descuidado a sus aficionados. El dinero percibido por las plataformas era prioritario y no dieron importancia a los aforos en sus campos, que se tradujo en la pérdida de ingresos. Tebas tuvo que recurrir a un fondo de inversión, un futuro comprometido.