Antes de desarrollar este escrito quiero dejar claro que la seguridad es lo primordial y coincido con los organismos y administraciones responsables en su preocupación al tomar medidas que obligan a suspender partidos programados para evitar sucesos que después haya que lamentar. Dicho esto, empiezo sin más dilación.
La leyenda asegura falsamente que en 1558 el monarca español Felipe II afirmó tras la debacle de la Armada Invencible en su intento de invadir Inglaterra “yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos”. De esta manera, se quería justificar lo sucedido por las inesperadas tempestades que costaron la derrota a sus huestes. Casi cinco siglos después, al Real Club Deportivo parece que también le ha mirado un tuerto, ya que los elementos asemejan estar en su contra en la actual temporada, la del regreso al fútbol profesional tras cuatro campañas en el barro.
El equipo entrenado por Óscar Gilsanz debió jugar el pasado 15 de diciembre en el Heliodoro Rodríguez López su partido liguero de la jornada 19 ante el Tenerife. Sin embargo, dicho día la mala situación climatológica por la borrasca Dorothea en la ciudad chicharrera impidió su celebración como estaba previsto. El pasado sábado en el Municipal de Riazor, el Deportivo recibió al Levante en un encuentro que concluyó con ajustada derrota por un marcador de 1-2.
El conjunto herculino ha visto como la adversidad le ha tocado por partida doble. La primera, al padecer el tiempo atmosférico que condiciona lo programado. La segunda, al desplazarse a Tenerife dos veces, mañana volverá a tener que hacerlo para medirse al equipo isleño, que hoy se encuentra en una mejor dinámica que hace casi mes y medio cuando ocupaba el último puesto con 11 puntos. A ello se une que los blanquiazules se han enfrentado al conjunto granota, uno de los gallitos de la categoría, en el momento más complejo de la temporada, tres días después del anuncio del adiós de Lucas Pérez. Dicho encuentro si se hubiese programado para el domingo no se jugaría al aplazarse por la borrasca Herminia, lo que daría mayores opciones a los herculinos de obtener algo positivo al disputarse más tarde.
Muchos considerarán que los elementos no deciden campeonatos, pero debe reconocerse que influyen en su desarrollo. Ejemplo de ello es lo que le ha sucedido al Deportivo este curso con los indicados encuentros ante el Tenerife y el Levante.