EL LICEO HA CERRADO LA TEMPORADA cayendo en el quinto y último partido de su semifinal de la OK Liga frente al Noia. Muchos pensarán que el balance de los pupilos de Juan Copa no es positivo. Efectivamente, no ha sido el mejor año de los verdiblancos. Pero creo que lo logrado en la 23/24 ha tenido mucho mérito.
En primer lugar, porque es muy difícil de gestionar esa situación de tener que aspirar cada temporada a ganar todos los títulos. O, al menos, alguno.
Los jugadores hacen su trabajo y no piensan en cosas que, quizás, los periodistas les damos demasiadas vueltas. Ellos se centran en lo que sucede en la cancha. Y ahí están los frutos. Lo más reciente es que empataron 2-2 una eliminatoria que iban perdiendo 0-2. Pero hay otro hecho que también me gustaría destacar. Después de una primera vuelta decepcionante (sobre todo por no clasificarse para la Copa del Rey), el equipo escaló y acabó la liga regular en tercera posición. Caer en semifinales, con el factor cancha en contra, es algo que entra dentro de lo normal.
De hecho, posiblemente sea la eliminatoria más igualada de todas las que se celebren esta temporada en la OK Liga. Ya solo queda la final, y el guion marca que el Barcelona tiene muchas opciones de conseguir el título antes del quinto partido.
¿Y si el Noia pone más resistencia o incluso da la sorpresa ante el gran favorito? Pues, mejor, más mérito tendrá lo que ha hecho el Liceo. Aún así, para mí ya tiene bastante.